No sé si lo habéis leído, pero hay movida entre los países productores unidos en la OPEP, la mayor organización de países petrolíferos, pero que tampoco engloba a todos ni muchos menos.
Entre los que están, problemas con Qatar que ha dicho que se retira de la OPEP a partir de enero. El pequeño país que no es de los productores de petróleo más importantes, sin embargo sí es una potencia en cuanto al gas natural y su intención es cambiar el modelo de producción para centrarse precisamente en el gas licuado. Pero no puede obviarse que Qatar sufre un bloqueo político y económico por parte de Arabia Saudí y otros tres países de la región desde hace año y medio, aunque los cataríes no solo parecen aguantar el tipo, sino que ha ido sabiendo buscarse la vida y por supuesto, sigue manteniendo una importante base militar turca en su suelo y relaciones comerciales con Irán, elementos que están en el trasfondo del bloqueo saudí.
Esto es un varapalo para la organización que lleva tiempo queriendo reducir la producción para que suba el precio del petróleo, que ha bajado un montón desde octubre aunque no lo notemos en el precio de la gasolina, como siempre.
Así que tal vez ahora sí que necesitados de dar un golpe sobre la mesa, puedan de nuevo reducir la producción que habían aumentado en verano para contrarrestar la caída de la producción en Venezuela por las revueltas sociales siguiendo las indicaciones de Trump en el momento, para quien el barril a 70 $ era un precio excesivo y limitaba la competitividad de la economía americana, muy dependiente del petróleo.
Sin embargo parece que a EEUU le puede compensar que el aire venga de otra dirección y decidir que no le gusta tampoco el precio tan bajo del barril. ¿El motivo?. Los americanos están obteniendo cada vez más petróleo a partir de esquistos, lo que es bastante costoso. Y con un barril barato, a sus empresas no les queda suficiente margen, necesitan un precio de barril mayor. Esto está llevando al sector a ejercer presiones contra Trump que irán aumentando con el tiempo y harán que la posición actual del gobierno americano de favorecer la producción pueda cambiar radicalmente, algo que por lo que dicen algunos analistas parece ineludible. Por eso aunque EEUU no es miembro de la OPEP, sí usa su capacidad de presión sobre todo sobre Arabia Saudí y de la misma manera que la usó para aumentar la producción, podría usar este poder para apoyar en la dirección contraria a la OPEP, donde recordemos están enemigos de los americanos como Irán (que pese a los bloqueos sigue siendo el tercer productor del cártel) y Venezuela. Por cierto, EEUU importó el año pasado más de 225 millones de barriles de crudo de Venezuela lo que convirtió al país que dirige Maduro, en el 3º proveedor de petróleo de la economía americana tras Canada y Arabia Saudi y por delante de Mexico e Iraq. Toda una lección de hipocresía.
Sobre EEUU y el petróleo, otra mala noticia. Canadá que es de largo el principal suministrador de petróleo de EEUU con más de 1,25 millones de barriles (Arabia Saudí es el 2º con 346.000), ha anunciado hace unos días que reducirá su producción en cerca de un 9%, con el mismo fin de todos; obtener más beneficios.
Pero es que hay más malas noticias. Rusia, un muy importante productor y que no está en la OPEP pero que también le gusta mangonear y que ha estado batiendo récords de producción en los últimos años, ahora está interesada en un aumento del precio y durante estos días está negociando un acuerdo con la OPEP para reducir la producción, acuerdo que parece próximo.
Esta semana se reúne la OPEP en Austria y parece claro que saldrán con buenas noticias para sus bolsillo y malas para los nuestros.
Entre los que están, problemas con Qatar que ha dicho que se retira de la OPEP a partir de enero. El pequeño país que no es de los productores de petróleo más importantes, sin embargo sí es una potencia en cuanto al gas natural y su intención es cambiar el modelo de producción para centrarse precisamente en el gas licuado. Pero no puede obviarse que Qatar sufre un bloqueo político y económico por parte de Arabia Saudí y otros tres países de la región desde hace año y medio, aunque los cataríes no solo parecen aguantar el tipo, sino que ha ido sabiendo buscarse la vida y por supuesto, sigue manteniendo una importante base militar turca en su suelo y relaciones comerciales con Irán, elementos que están en el trasfondo del bloqueo saudí.
Esto es un varapalo para la organización que lleva tiempo queriendo reducir la producción para que suba el precio del petróleo, que ha bajado un montón desde octubre aunque no lo notemos en el precio de la gasolina, como siempre.
Así que tal vez ahora sí que necesitados de dar un golpe sobre la mesa, puedan de nuevo reducir la producción que habían aumentado en verano para contrarrestar la caída de la producción en Venezuela por las revueltas sociales siguiendo las indicaciones de Trump en el momento, para quien el barril a 70 $ era un precio excesivo y limitaba la competitividad de la economía americana, muy dependiente del petróleo.
Sin embargo parece que a EEUU le puede compensar que el aire venga de otra dirección y decidir que no le gusta tampoco el precio tan bajo del barril. ¿El motivo?. Los americanos están obteniendo cada vez más petróleo a partir de esquistos, lo que es bastante costoso. Y con un barril barato, a sus empresas no les queda suficiente margen, necesitan un precio de barril mayor. Esto está llevando al sector a ejercer presiones contra Trump que irán aumentando con el tiempo y harán que la posición actual del gobierno americano de favorecer la producción pueda cambiar radicalmente, algo que por lo que dicen algunos analistas parece ineludible. Por eso aunque EEUU no es miembro de la OPEP, sí usa su capacidad de presión sobre todo sobre Arabia Saudí y de la misma manera que la usó para aumentar la producción, podría usar este poder para apoyar en la dirección contraria a la OPEP, donde recordemos están enemigos de los americanos como Irán (que pese a los bloqueos sigue siendo el tercer productor del cártel) y Venezuela. Por cierto, EEUU importó el año pasado más de 225 millones de barriles de crudo de Venezuela lo que convirtió al país que dirige Maduro, en el 3º proveedor de petróleo de la economía americana tras Canada y Arabia Saudi y por delante de Mexico e Iraq. Toda una lección de hipocresía.
Sobre EEUU y el petróleo, otra mala noticia. Canadá que es de largo el principal suministrador de petróleo de EEUU con más de 1,25 millones de barriles (Arabia Saudí es el 2º con 346.000), ha anunciado hace unos días que reducirá su producción en cerca de un 9%, con el mismo fin de todos; obtener más beneficios.
Pero es que hay más malas noticias. Rusia, un muy importante productor y que no está en la OPEP pero que también le gusta mangonear y que ha estado batiendo récords de producción en los últimos años, ahora está interesada en un aumento del precio y durante estos días está negociando un acuerdo con la OPEP para reducir la producción, acuerdo que parece próximo.
Esta semana se reúne la OPEP en Austria y parece claro que saldrán con buenas noticias para sus bolsillo y malas para los nuestros.
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