Noruega se pone siempre como referente en cuanto a implantación y éxito comercial del automóvil eléctrico y tal vez, el principal pilar en el que se cimenta este éxito sea el precio de los coches eléctricos en relación al resto.
En Noruega los impuestos en general son muy altos y los coches no son una excepción; un Opel Astra básico 105 cv, cuesta 25.500 €, un Fiesta Trend 1.0 Ecoboost 23.700 € y un Kia Sportage Classic 1.7 CRDi, 29.400 €. Para hacernos una idea.
El país ha apostado por el coche eléctrico haciéndole más atractivo mediante la exención del 25% del IVA, estar libre de tasas de importación, no pagar impuestos sobre vehículos, están libres de peajes, tienen aparcamiento gratuito, pagan la mitad en los ferrys y pueden usar los carriles bus en la mayoría de los casos.
Así que aparte de las ventajas prácticas, económicamente un eléctrico no supone un desembolso muy superior al de un coche con motor térmico. Por ejemplo, tienes un Clio 0.9 Tce desde 19.800 €, pero el Zoe se puede adquirir desde 22.200 €. No mucho más. Kia ofrece el Soul Electric al mismo precio que el Stonic básico, menos de 23.000 €. O Hyundai que ofrece el Kona básico por 29.000 € y el eléctrico por 31.500. Otro caso interesante es el del Golf, que en su versión más económica con motor 1.0 tsi cuesta casi 31.000 € y el e-Golf se compra poniendo menos de 1.000 € más sobre la mesa.
El mes pasado, en Noruega el coche más vendido fue el Nissan Leaf, un coche que se puede conseguir desde 26.700 €. Pero el segundo fue el Golf, donde el e-Golf es con mucha diferencia
la versión más vendida. Y el tercero.... el i3 de BMW.
Por tanto y aunque el país se ha dotado de infraestructuras de recarga, mucha gente vive en casas unifamiliares que facilita cargar el coche y el nivel de vida es más alto, no cabe duda de que si la autonomía o tiempos de recarga fuesen un problema insalvable, seguirían sin ser interesantes. Y eso que el frío nórdico no viene bien a las baterías.
Para mí es indudable que el mayor obstáculo para la proliferación del coche eléctrico es el precio de compra. Cuando ese precio se iguala, la gente se anima. No todos, claro porque no es un coche que sea para todo el mundo aún, pero sí que hay mucha más gente que da el paso.
En Noruega los impuestos en general son muy altos y los coches no son una excepción; un Opel Astra básico 105 cv, cuesta 25.500 €, un Fiesta Trend 1.0 Ecoboost 23.700 € y un Kia Sportage Classic 1.7 CRDi, 29.400 €. Para hacernos una idea.
El país ha apostado por el coche eléctrico haciéndole más atractivo mediante la exención del 25% del IVA, estar libre de tasas de importación, no pagar impuestos sobre vehículos, están libres de peajes, tienen aparcamiento gratuito, pagan la mitad en los ferrys y pueden usar los carriles bus en la mayoría de los casos.
Así que aparte de las ventajas prácticas, económicamente un eléctrico no supone un desembolso muy superior al de un coche con motor térmico. Por ejemplo, tienes un Clio 0.9 Tce desde 19.800 €, pero el Zoe se puede adquirir desde 22.200 €. No mucho más. Kia ofrece el Soul Electric al mismo precio que el Stonic básico, menos de 23.000 €. O Hyundai que ofrece el Kona básico por 29.000 € y el eléctrico por 31.500. Otro caso interesante es el del Golf, que en su versión más económica con motor 1.0 tsi cuesta casi 31.000 € y el e-Golf se compra poniendo menos de 1.000 € más sobre la mesa.
El mes pasado, en Noruega el coche más vendido fue el Nissan Leaf, un coche que se puede conseguir desde 26.700 €. Pero el segundo fue el Golf, donde el e-Golf es con mucha diferencia
la versión más vendida. Y el tercero.... el i3 de BMW.
Por tanto y aunque el país se ha dotado de infraestructuras de recarga, mucha gente vive en casas unifamiliares que facilita cargar el coche y el nivel de vida es más alto, no cabe duda de que si la autonomía o tiempos de recarga fuesen un problema insalvable, seguirían sin ser interesantes. Y eso que el frío nórdico no viene bien a las baterías.
Para mí es indudable que el mayor obstáculo para la proliferación del coche eléctrico es el precio de compra. Cuando ese precio se iguala, la gente se anima. No todos, claro porque no es un coche que sea para todo el mundo aún, pero sí que hay mucha más gente que da el paso.
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