17-01-2018, 11:31
Iba un dia a clase con mis compañeros en el Kadett. Lo típico, iba tranquilamente para no gastar combustible por una carretera secundaria. Seguramente iba a 60 km/h todo el camino, que igual ese tramo hasta Orihuela, mi destino, serían unos 20 o 30 kilómetros. Pues al principio del recorrido me alcanza un coche, no se si sería un Mercedes o que era, pero un coche "bien". A través del retrovisor veo que conduce un chico que rondaría la treintena y de copiloto va la que entiendo es su pareja. Ambos van charlando a su aire y yo al mio. Me sorprendíó que viniendo él a mayor velocidad no intentase adelantarme en todo el recorrido, pues hay varias zonas de adelantamiento donde no habría tenido ningún problema en hacerlo. Por la razón que fuese, el coche lo llevé detrás todo el camino, manteniendo distancia.
Llegue a Correntias, un pueblo justo antes de Orihuela, que está atravesado por la carretera, un carril por cada sentido y línea contínua en toda la travesía. Hay varios resaltos y en mitad del pueblo un semáforo bastante lento. En ese momento cuando entré al pueblo el semáforo estaba en rojo. Mi procedimiento si entraba al pueblo con el semáforo en rojo era quitar la marcha y dejar el coche caer, para así no tener que detenerme en el semáforo y perder la menor velocidad posible, cuando se pone verde, no suelo haber llegado, entonces meto segunda y a correr. Pues estaba yo en esas, cayendo lentamente en punto muerto hasta el semáforo, cuando el del coche de detrás empezó a desesperarse y después de pensárselo decidió adelanterme entre resalto y resalto, pero en esas se puso el semáforo en verde y yo aceleré. Por lo que recuerdo en el retrovisor, el coche de detrás no había ni llegado a cambiarse de carril, solo hizo el amago, y se le veía cara de mosqueado.
Continuamos la travesía que termina en una rotonda, donde la carretera continua hacia la izquierda por la tercera salida. La segunda salida solamente lleva a la comisaría de policia local de Orihuela. Al salir de esa rotonda, hay un espacio de doscientos o trescientos metros de linea continua hasta la siguiente rotonda, y limitado expresamente por una señal a 50 km/h. Cuando entré a la rotonda, había un Prius de la policía local cediéndome el paso a mí y al coche que iba detrás. Salí de la rotonda, con el Mercedes o lo que fuese, y el coche de policía detrás de nosotros. Yo me mantenía a los 50 km/h de la limitación. Y en esas que el iluminado del Mercedes me adelanta, en contínua y con la policía detrás. ¡No había tenído tiempo el subnormal en todo el recorrido y lo hace ahora! Le miré incrédulo cuando pasó por mi lado y pude ver como su pareja le gritaba y golpeaba. Seguro que en su obcecación por adelanterme ni había visto al coche de policía.
Una vez me adelantó miré por el retrovisor al coche de policía. Solo iba un hombre, algo mayor, seguro que no estaba ni patrullando, estaría desplazándose a algún lugar. El policía tenía cara de perplejidad, todavía estaba asimilando lo que había ocurrido. Yo me aparté un poco a la derecha invitándole a pasar. Después de unos segundos se decidió, puso las luces y me adelantó. Dos rotondas mas allá estaban ambos parados.
Llegue a Correntias, un pueblo justo antes de Orihuela, que está atravesado por la carretera, un carril por cada sentido y línea contínua en toda la travesía. Hay varios resaltos y en mitad del pueblo un semáforo bastante lento. En ese momento cuando entré al pueblo el semáforo estaba en rojo. Mi procedimiento si entraba al pueblo con el semáforo en rojo era quitar la marcha y dejar el coche caer, para así no tener que detenerme en el semáforo y perder la menor velocidad posible, cuando se pone verde, no suelo haber llegado, entonces meto segunda y a correr. Pues estaba yo en esas, cayendo lentamente en punto muerto hasta el semáforo, cuando el del coche de detrás empezó a desesperarse y después de pensárselo decidió adelanterme entre resalto y resalto, pero en esas se puso el semáforo en verde y yo aceleré. Por lo que recuerdo en el retrovisor, el coche de detrás no había ni llegado a cambiarse de carril, solo hizo el amago, y se le veía cara de mosqueado.
Continuamos la travesía que termina en una rotonda, donde la carretera continua hacia la izquierda por la tercera salida. La segunda salida solamente lleva a la comisaría de policia local de Orihuela. Al salir de esa rotonda, hay un espacio de doscientos o trescientos metros de linea continua hasta la siguiente rotonda, y limitado expresamente por una señal a 50 km/h. Cuando entré a la rotonda, había un Prius de la policía local cediéndome el paso a mí y al coche que iba detrás. Salí de la rotonda, con el Mercedes o lo que fuese, y el coche de policía detrás de nosotros. Yo me mantenía a los 50 km/h de la limitación. Y en esas que el iluminado del Mercedes me adelanta, en contínua y con la policía detrás. ¡No había tenído tiempo el subnormal en todo el recorrido y lo hace ahora! Le miré incrédulo cuando pasó por mi lado y pude ver como su pareja le gritaba y golpeaba. Seguro que en su obcecación por adelanterme ni había visto al coche de policía.
Una vez me adelantó miré por el retrovisor al coche de policía. Solo iba un hombre, algo mayor, seguro que no estaba ni patrullando, estaría desplazándose a algún lugar. El policía tenía cara de perplejidad, todavía estaba asimilando lo que había ocurrido. Yo me aparté un poco a la derecha invitándole a pasar. Después de unos segundos se decidió, puso las luces y me adelantó. Dos rotondas mas allá estaban ambos parados.
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