Yo creo que había varias soluciones antes de dejar a esas chicas sin un trabajo.
Podían añadir azafatos y que sus ropas fueran más discretas. También me gustaría saber la opinión de estas chicas a las que seguramente nadie preguntó sobre lo que pensaban o cómo podían seguir haciendo su trabajo sin ofender a nadie, ni siquiera a ellas mismas.
Pero vivimos en la dictadura de lo políticamente correcto, de bocazas que opinan desde redes sociales y del miedo de personajes o instituciones a que te llenen twitter de improperios.
Podían añadir azafatos y que sus ropas fueran más discretas. También me gustaría saber la opinión de estas chicas a las que seguramente nadie preguntó sobre lo que pensaban o cómo podían seguir haciendo su trabajo sin ofender a nadie, ni siquiera a ellas mismas.
Pero vivimos en la dictadura de lo políticamente correcto, de bocazas que opinan desde redes sociales y del miedo de personajes o instituciones a que te llenen twitter de improperios.