12-09-2018, 11:32
Tras un debate abierto con votación final, la Comisión de medio ambiente de la UE, ha tomado una serie de decisiones en torno al futuro del automóvil en Europa aprobando un borrador por mayoría.
Se trataba de discutir los objetivos a cumplir en los próximos años y el resultado ha sido más exigente de lo que estaba planteado.
![[Imagen: ABJb0dd.png]](https://i.imgur.com/ABJb0dd.png)
La denominada comisión Junkers, había planteado una hoja de ruta que los eurodiputados han considerado insuficiente y han apostado por una política más ambiciosa.
Así, la citada comisión ponía sobre la mesa una reducción de las emisiones de CO2 para 2025 en un 15% que aumenta a un 30% para 2030. Tras el debate, se aumenta al 20% y 45% respectivamente lo que es un incremento sustancial. Recuerdo que estos valores se extraen básicamente, de la media de la gama de cada grupo industrial (VAG, PSA...) y no de las ventas de cada versión.
Además de esto, los eurodiputados han establecido que para 2025 la oferta de vehículos híbridos o eléctricos de los fabricantes en Europa ha de ser del 20% de su gama, exigiendo para el año 2030 que dicha oferta aumente hasta un mínimo del 40%. Es decir, 1 de cada 5 modelos que estén a la venta en Europa ya en 2025 serán eléctricos o tendrán algún tipo de hibridación.
![[Imagen: bxCy9gk.png]](https://i.imgur.com/bxCy9gk.png)
Por supuesto se han adoptado también medidas para evitar que los fabricantes hagan trampas y tener un control sobre las emisiones para que sean realistas y concuerden con lo exigido y un plan de sanciones para quien no cumpla con estas normas, además de entrar en otros aspectos como la acreditación de las fábricas de automóviles bajo un sistema bonus-malus, un análisis del ciclo de vida que tiene en cuenta el análisis de emisiones del pozo a la rueda, suministro y reciclaje de baterías y otros asuntos.
Una propuesta muy ambiciosa aunque ya es a un plazo mayor también fue aprobada y es que para 2040 todos los coches a la venta en Europa, habrán de ser 0 emisiones.
![[Imagen: EgTx7WC.png]](https://i.imgur.com/EgTx7WC.png)
La industria del automóvil ya ha expresado su malestar con las decisiones de la comisión pues consideran que son objetivos demasiado ambiciosos y poco accesibles. Sin embargo, para la comisión el hecho de haber detectado que tras el escándalo del dieselgate, los fabricantes han vuelto a intentar engañar recientemente falseando las emisiones, ha supuesto una gran decepción y tal vez les ha obligado a llevar más allá las exigencias, puesto que tal vez sospechen que en el fondo, los objetivos reales serán inferiores.
El camino de todas formas, si bien se ha iniciado aún no es definitivo puesto que ahora tienen que aprobarse en el parlamento europeo los primeros días del mes de octubre. De conseguirse, se abrirá un periodo de negociaciones y procesos para convertirlo en ley.
Se trataba de discutir los objetivos a cumplir en los próximos años y el resultado ha sido más exigente de lo que estaba planteado.
La denominada comisión Junkers, había planteado una hoja de ruta que los eurodiputados han considerado insuficiente y han apostado por una política más ambiciosa.
Así, la citada comisión ponía sobre la mesa una reducción de las emisiones de CO2 para 2025 en un 15% que aumenta a un 30% para 2030. Tras el debate, se aumenta al 20% y 45% respectivamente lo que es un incremento sustancial. Recuerdo que estos valores se extraen básicamente, de la media de la gama de cada grupo industrial (VAG, PSA...) y no de las ventas de cada versión.
Además de esto, los eurodiputados han establecido que para 2025 la oferta de vehículos híbridos o eléctricos de los fabricantes en Europa ha de ser del 20% de su gama, exigiendo para el año 2030 que dicha oferta aumente hasta un mínimo del 40%. Es decir, 1 de cada 5 modelos que estén a la venta en Europa ya en 2025 serán eléctricos o tendrán algún tipo de hibridación.
Por supuesto se han adoptado también medidas para evitar que los fabricantes hagan trampas y tener un control sobre las emisiones para que sean realistas y concuerden con lo exigido y un plan de sanciones para quien no cumpla con estas normas, además de entrar en otros aspectos como la acreditación de las fábricas de automóviles bajo un sistema bonus-malus, un análisis del ciclo de vida que tiene en cuenta el análisis de emisiones del pozo a la rueda, suministro y reciclaje de baterías y otros asuntos.
Una propuesta muy ambiciosa aunque ya es a un plazo mayor también fue aprobada y es que para 2040 todos los coches a la venta en Europa, habrán de ser 0 emisiones.
La industria del automóvil ya ha expresado su malestar con las decisiones de la comisión pues consideran que son objetivos demasiado ambiciosos y poco accesibles. Sin embargo, para la comisión el hecho de haber detectado que tras el escándalo del dieselgate, los fabricantes han vuelto a intentar engañar recientemente falseando las emisiones, ha supuesto una gran decepción y tal vez les ha obligado a llevar más allá las exigencias, puesto que tal vez sospechen que en el fondo, los objetivos reales serán inferiores.
El camino de todas formas, si bien se ha iniciado aún no es definitivo puesto que ahora tienen que aprobarse en el parlamento europeo los primeros días del mes de octubre. De conseguirse, se abrirá un periodo de negociaciones y procesos para convertirlo en ley.
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