08-11-2018, 13:18
Una anécdota para recordar...
El destino a veces es caprichoso, os cuento, tenía dos interesados en comprar el coche, ayer quede con un chico de mi ciudad para verlo.
Bien, saco el coche del garaje, lo voy a lavar, me voy a dar una vuelta para que se seque un poco, y llego al parking donde había quedado con el, aparcó y veo que casi no hay luz, lo arranco y voy un poquito más adelante debajo de una farola...
Llega el chico, lo mira, lo arrancamos, todo bien, se monta, pisa el embrague y cataplas, se rompe , empieza a sonar muy chungo al pisarlo y ni siquiera entran las marchas nunca antes me había fallado, o al menos yo no notaba nada raro.
Maldita casualidad, pero mejor así a que me lo comprara alguien y le rompiera al día siguiente, así me evito de líos, problemas o de que se crea que lo quería estafar...
Así que nada, el prubin ya está camino del concesionario, al final lo entrego y que lo lleven ellos al desguace..
El destino a veces es caprichoso, os cuento, tenía dos interesados en comprar el coche, ayer quede con un chico de mi ciudad para verlo.
Bien, saco el coche del garaje, lo voy a lavar, me voy a dar una vuelta para que se seque un poco, y llego al parking donde había quedado con el, aparcó y veo que casi no hay luz, lo arranco y voy un poquito más adelante debajo de una farola...
Llega el chico, lo mira, lo arrancamos, todo bien, se monta, pisa el embrague y cataplas, se rompe , empieza a sonar muy chungo al pisarlo y ni siquiera entran las marchas nunca antes me había fallado, o al menos yo no notaba nada raro.
Maldita casualidad, pero mejor así a que me lo comprara alguien y le rompiera al día siguiente, así me evito de líos, problemas o de que se crea que lo quería estafar...
Así que nada, el prubin ya está camino del concesionario, al final lo entrego y que lo lleven ellos al desguace..