03-02-2019, 00:44
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Durante los meses siguientes, Ghosn comenzó a planear una revisión de los lazos existentes entre Renault y Nissan con el objetivo de llevar a las dos compañías a una sola empresa matriz o a una fusión total, según media docena de personas familiarizadas con las discusiones que sucedieron después (al igual que otras fuentes entrevistadas para esta historia, solicitaron el anonimato puesto que se trata de información sensible). La idea consiste en que, constituida como una compañía más grande y totalmente integrada, Renault-Nissan estaría mejor posicionada para buscar tecnologías emergentes como los vehículos autónomos. También poseería lo que los banqueros de inversión llaman "moneda de transacción", acciones lo suficientemente valiosas como para convertirse en una importante adquisición en caso de que otro fabricante de automóviles grande esté disponible. El gobierno francés, el mayor accionista de Renault, había dejado clara su preferencia por una alianza más estrecha, al ver claramente la oportunidad de tener en Francia el núcleo de un gigante global de una industria dominada por otros países (Japón, Alemania y Corea del Sur, principalmente).
Saikawa manifestó odiar la idea, argumentando internamente que Nissan debería permanecer independiente o ser la fuerza dominante si se diera el caso de profundizar en la unión. Estaba especialmente preocupado por asegurarse de que la tecnología de vehículos eléctricos de Nissan no fuera canibalizada en beneficio de Renault, el socio más pequeño y menos rentable. A fines de abril, Saikawa hizo públicas sus objeciones y dijo al periódico de negocios Nikkei que no veía "ningún mérito" en combinar a Nissan con Renault.
Ghosn se quedó lívido. La siguiente vez que vería a Saikawa en la sede de Nissan, lo encaró y le dijo que había dañado la credibilidad de la compañía y la suya al cuestionar el plan, según una persona familiarizada con el intercambio. También sugirió a Saikawa que sus días como CEO podrían estar contados. La conversación no fue un incidente aislado, la misma fuente dice que Ghosn había criticado a Saikawa por sus débiles resultados en EEUU, donde Nissan está muy rezagada respecto a sus rivales. Incluso en una ocasión, según una persona cercana a la familia de Ghosn, le dijo a sus hijos que Saikawa sólo tenía hasta finales de 2018 para cambiar las cosas. En su comunicado, Nissan afirma que las sugerencias de que Ghosn y Saikawa estuvieran divididos, ya sea por la crisis de las inspecciones, por la posible fusión o el rendimiento de Nissan, se basan en "especulaciones y rumores sin fundamento", y que las afirmaciones de que el puesto de trabajo de Saikawa estaba en riesgo son "sin fundamento".
Durante su mandato, Ghosn disfrutó de grandes ventajas significativas, tanto en salario como en poder de mando. Seguía siendo el presidente de Nissan, además de ser el CEO y presidente de Renault, y presidente de la entidad con sede en Ámsterdam que supervisa la alianza. Bajo una estructura que ha cambiado poco desde el rescate de 1999, Renault también controla el 43 por ciento de las acciones de Nissan, lo que le da el poder de vetar decisiones importantes. Sin importar la posición de Saikawa, Ghosn indudablemente tenía capacidad de llevar a cabo las reformas planeadas y profundizar en la integración de ambas empresas.
Según personas familiarizadas con las discusiones, en los meses previos al arresto se hicieron planes para anunciar la nueva estructura y presentar al posible equipo de gestión a principios de 2019. Ghosn, cuyo contrato de Renault se había extendido hasta 2022, estaría en la cima. Saikawa estaba en riesgo de ser desechado y de ver a la compañía a la que había dedicado toda su carrera integrado en un conglomerado global, fuera de su control.
La vida de Ghosn se ha definido por un cosmopolitismo extremo, incluso entre la clase de ejecutivos internacionales. Tiene tres pasaportes, habla cuatro idiomas y, hasta su reciente cambio de circunstancias, divide el tiempo entre cinco o más ciudades. Pero aunque podría ser una caricatura del "Davos Man" sin fronteras, es un verdadero creyente en los valores del foro económico suizo, a menudo burlado. Comprensiblemente, siendo un hombre nacido en el remoto oeste de Brasil, criado en Beirut, educado en París y líder de un icono industrial japonés, se le puede perdonar su creencia de que las fronteras nacionales ya no vinculan el comercio mundial.
Cuando Ghosn aterrizó en Tokio para tomar el control de Nissan, su experiencia previa en Japón consistió únicamente en visitas breves. La prensa japonesa comparó su llegada en 1999 a la de los kurofune o barcos negros, los bombarderos estadounidenses que obligaron al país a abrirse al comercio en el siglo XIX. A medida que sus esfuerzos en Nissan se afianzaron, se convirtió en la prueba viva de que el tradicional Japón nacionalista y cerrado, tenía lugar como jugador de primera línea de la nueva era global. Sus logros más prominentes incluyeron acuerdos para incorporar a Dongfeng Motor Company de China y a AvtoVAZ de Rusia, aquellas enormes reliquias de la planificación central comunista que se adaptaron para convertirse en componentes modernos y bien organizados de la alianza.
Cuanto más tiempo pasaba Ghosn recorriendo el mundo, más se modelaba su particular personaje "Davos Man". A principios de los 2000, se sometió a una cirugía láser y se deshizo de sus gafas de culo de botella. Modernizó su vestuario y allanó su acento inclasificable; su cabello escaso se volvió espeso y negro azabache. Sorprendentemente, nunca se molestó en aprender más que el japonés básico, pero en cualquier caso era una figura adorada en Tokio, parado frecuentemente por transeúntes para pedirle fotos y solicitado por políticos que intentaban inyectar sus campañas un toque moderno.
Por todo esto, Ghosn estaba ampliamente pagado de diversas maneras. Tenía al menos tres salarios: en 2017, aproximadamente $6.5 millones de Nissan Motor Company, $8.4 millones de Renault SAS y $2 millones de Mitsubishi Motors Corporation, parte de la alianza desde 2016. Nissan y Mitsubishi dicen que Ghosn recibió $8.9 millones adicionales de la empresa holandesa conjunta, Nissan-Mitsubishi BV, sin la aprobación de ninguna de las compañías.
En su abultada remuneración empezaron los problemas. En relación con los salarios de los grandes ejecutivos estadounidenses, los líderes de las grandes empresas japonesas y francesas reciben un salario relativamente modesto. Pero Ghosn manejó las discusiones sobre el pago con su combatividad habitual, refutando vigorosamente a sus críticos. Frecuentemente tiró de la ayuda de su firme aliado Kelly, quien encargó exhaustivos informes a una firma consultora respetada para demostrar que Ghosn ganó menos que sus equivalentes de fabricantes de automóviles rivales, tales como Ford Motor Company y General Motors Company. Esa era, no obstante, una realidad a medias. Las compañías japonesas generalmente proveen hogares para sus ejecutivos de mayor rango, y para Ghosn, Nissan proporcionó cinco: en París, Tokio, Ámsterdam, Beirut y Rio de Janeiro; los tres primeros por cuestiones profesionales (sedes de Renault, Nissan y de la sede fiscal de la Alianza) y los dos últimos por razones personales y familiares.
La primavera pasada, Hari Nada, quien se había empezado a encargar de administrar muchos de los asuntos personales de Ghosn (actividad que anteriormente hacía Greg Kelly), comenzó a cuestionar las residencias de Ghosn, pagadas por Nissan. Nada ha rechazado las solicitudes de entrevistas de la prensa, por lo que no está clara la razón de sus preocupaciones. Abogado de origen malayo, Nada lleva trabajando en Nissan desde los años 90 y durante mucho tiempo había sido un aliado fiel de Ghosn. Kelly y él eran amigos, parte de una pandilla de expatriados de alto nivel que se reunían con frecuencia en Charcoal Grill Green, un bar de hamburguesas y cervezas cerca de la sede de Nissan. Nada también había estado íntimamente involucrado con muchos aspectos del salario del presidente. Por ejemplo, fue uno de los tres administradores de Zi-A Capital BV, una subsidiaria holandesa de Nissan creada por Kelly en 2010; compró la casa de Ghosn en Beirut dos años más tarde por $8.8 millones, luego gastó $6 millones para renovarla con toques opulentos, incluyendo dos candelabros de $74000.
Nada también tenía conocimiento de los documentos existentes con la propuesta de pago de $80 millones tras la jubilación de Ghosn, algunos relacionados con acuerdos de no competencia, otros con tarifas de asesoría. Se acercó a un colega para pedirle consejo sobre lo que presentaba como un dilema ético: si había alentado un comportamiento poco ético y, en caso afirmativo, qué hacer al respecto. El colega le dijo a Nada que lo que él describía parecía cuestionable y estuvo de acuerdo en ayudarlo a investigarlo. Nada también contactó con otro miembro del personal de Ghosn, un administrador de Nissan llamado Toshiaki Onuma, para formar un grupo de investigación.
El grupo se enteró de que los auditores de Nissan habían sentido curiosidad por Zi-A Capital durante más de un año y en un momento dado enviaron a alguien desde Japón a los Países Bajos para que intentaran, sin éxito, obtener más información al respecto. Después de comparar los hallazgos, los auditores y el grupo de investigación comenzaron a trabajar juntos, entrevistando a los empleados de la compañía y sacando documentos. Mantener los esfuerzos del grupo fuera del conocimiento de Ghosn no fue particularmente difícil. Rara vez viajaba a Japón más de una vez al mes y estaba cada vez más centrado en la alianza y Renault, que no tenía constancia alguna de la investigación en curso.
Cuando el grupo se dio cuenta de que sus hallazgos constituían indudablemente hechos criminales, consultaron con ex fiscales públicos que ahora se dedican a actividades privadas. Con la aprobación de Nada y Onuma, esos abogados pasaron la información a los antiguos colegas de la Unidad de Investigaciones Especiales, quienes para agosto habían abierto una investigación criminal. Dada la participación de Nada y Onuma en los acuerdos de salario de Ghosn (Onuma también era un administrador de Zi-A), también corrían el riesgo de convertirse en sujetos de interés en la investigación. Felizmente para ellos, Japón había introducido recientemente sus primeras reglas que permitían acuerdos de culpabilidad; según los medios locales, ambos obtuvieron acuerdos de inmunidad a cambio de proporcionar pruebas contra Ghosn.
Mientras tanto, Nada, Onuma y un auditor de Nissan llamado Hidetoshi Imazu trabajaron en un informe formal para Saikawa, exponiendo lo que consideraban una extensa falta de conducta. Lo presentaron en octubre. Los ejecutivos de Nissan dicen que Saikawa no sabía nada de la investigación antes de recibir el documento, lo que significaría que Nada y Onuma, jefes de rango alto en una compañía japonesa jerárquica, habían tomado la decisión por su cuenta de destapar las actividades de sus jefes directos. Un escándalo de tal gravedad, significaría sumir a Nissan en una crisis de gobernabilidad grave.
Saikawa, sin embargo, algo sabía. Según dos personas que tenían conocimiento directo del asunto, el CEO de Nissan informó en agosto al Ministerio de Economía, Comercio e Industria, que vigila atentamente a las compañías japonesas, de que era probable que Nissan enfrentara un problema grave más adelante en el año. En su declaración, Nissan dijo que Saikawa estaba "totalmente inconsciente" de la investigación en agosto y que se comunica regularmente con el ministerio, incluso sobre el asunto en curso de inspecciones de vehículos, para la cual la compañía anunció otra campaña de revisión adicional en diciembre.
Incluso si Saikawa sabía que había una investigación en curso, no hizo ningún esfuerzo por proteger a su antiguo mentor. Una persona con conocimiento directo de la investigación dice que Saikawa aceptó rápidamente cooperar con los fiscales, hasta para ayudar a organizar la compleja operación desarrollada para arrestar a Ghosn y Kelly simultáneamente. Nada y él sabían que el próximo viaje de Ghosn estaba programado para el 19 de noviembre, y sus equipos se mantuvieron en contacto regular sobre sus planes para evitar crear la impresión de que algo estaba mal. Llevar a Kelly a Japón el mismo día fue más complicado. Parcialmente retirado, dividiendo su tiempo entre Nashville y Florida y preparándose para una cirugía de tratamiento de su estenosis espinal, planeaba unirse a una reunión del órgano directivo a fines de noviembre por videoconferencia. Pero Nada insistió en que tenía que estar allí en persona. Nada también hizo la inusual oferta de permitir a Kelly usar uno de los aviones privados de Nissan, asegurándole que estaría en casa mucho antes para su operación. Con esas condiciones, Kelly accedió a hacer el viaje.
A las pocas horas de suceder los arrestos, Saikawa convocó a la prensa en la sede de Nissan para dar una conferencia en la misma sala en la que se había responsabilizado por el escándalo de las inspecciones el año anterior. Esta vez no hubo reverencias ni disculpas. En cambio, Saikawa descargó profusamente sobre su antiguo amigo. "Sólo podemos decir que el incidente que se ha descubierto es el lado oscuro del largo reinado de Ghosn", dijo. Tres días después, la junta de Nissan votó por unanimidad para destituir a su presidente.
El Centro de Detención de Tokio podría pasar por un hospital o un complejo de oficinas. No hay alambre de espino ni muros altos; las cercas externas podrían ser las que rodean un campo de fútbol. Guardias desarmados recorren el perímetro a pie, pasando a pocos metros del parking del complejo anexo. Muchos de los coches aparcados son Nissan.
El término "kafkiano" se usa a menudo de forma incorrecta, pero como una forma de describir el sistema de justicia japonés, es bastante adecuado. Los sospechosos pueden ser retenidos sin cargos durante un máximo de 23 días y no tienen derecho a un abogado durante el interrogatorio. Los fiscales también tienen el poder de prohibir las visitas familiares. Cuando el período de 23 días expira, un sospechoso puede ser arrestado nuevamente por otra ofensa, poniendo el contador a cero. Y una vez que alguien ha sido acusado, el resultado está casi predeterminado, dejando a los abogados defensores concentrarse en entrenar a sus clientes para que confiesen de la manera menos perjudicial.
Ghosn pasó las semanas posteriores a su arresto siendo interrogado diariamente, mientras que Kelly recibió el mismo tratamiento en otro lugar del mismo edificio. Después de la primera acusación de Ghosn, por no haber revelado adecuadamente su pago de jubilación propuesto (un problema aparentemente técnico que conlleva una pena de hasta 10 años de prisión), sus abogados y él comenzaron a hacer planes asumiendo que podría salir de prisión dentro de los primeros 23 días mediante fianza, justo para ver a su familia en Navidad. Según personas familiarizadas con su defensa, los preparativos fueron complicados: Ghosn sería trasladado de la cárcel provisional a la Embajada de Francia y luego en un vuelo a París, donde Emmanuel Macron había asegurado personalmente supervisar al acusado y garantizar su regreso a Japón para el juicio.
En su lugar, fue arrestado nuevamente a menos una hora de presentar la petición fianza, esta vez por el incumplimiento de confianza relacionado con la decisión, en 2008, de utilizar temporalmente los balances de Nissan para proporcionar garantías para sus contratos personales de divisas. Kelly fue liberado a fines de diciembre y al no abandonar Japón antes de que lo juzgaran por los cargos de pago diferido, se le permitió someterse a la cirugía de espalda en Tokio en lugar de en Florida.
Si bien Nissan ha dicho que Ghosn se involucró en un amplio patrón de comportamiento poco ético, los cargos criminales en su contra se refieren únicamente a la transacción de divisas y a las acusaciones de que ocultó la verdadera escala de su compensación de jubilación, dinero que, en cualquier caso, no ha recibido. En el juicio, es probable que sus abogados argumenten que las propuestas para los pagos posteriores a la jubilación fueron solo eso: propuestas, sujetas a negociación, sin ninguna certeza de que serían desembolsadas o en qué cantidades. Por lo tanto, podrían reclamar que las propuestas no deberían considerarse como compensación diferida o ingreso real, lo que significa que Ghosn no tenía la obligación de revelarlas.
La segunda acusación es más compleja. Durante la crisis financiera de 2008, con las fuertes fluctuaciones en el precio de las acciones de Nissan y en el valor del yen, el banco japonés Shinsei Bank Ltd. exigió más garantías de Ghosn para mantener los contratos de cobertura en los que había entrado para proteger su salario (en yenes, por obligación de Nissan) de las fluctuaciones de la moneda. Como Ghosn no tenía suficiente en sus cuentas personales, organizó que Nissan avalase los contratos temporalmente. Más tarde los recuperó, asegurados por una carta de crédito de Khaled Al-Juffali, un empresario saudí cuya empresa familiar recibiría después $14.7 millones en pagos directos la "reserva del CEO" de Nissan, una fuente de dinero que la compañía dice que Ghosn controlaba con poca supervisión. Los representantes de Ghosn sostienen que la transacción se aprobó correctamente y que Al-Juffali, propietario de una cadena de concesionarios de automóviles, recibió ese pago por ayudar a Nissan con la distribución regional, no por sacar a Ghosn de un aprieto.
Los jueces en Japón tienden a prorrogar a los fiscales cuando deciden otorgar la libertad bajo fianza, y la solicitud más reciente de liberación de Ghosn fue denegada el 22 de enero. Parece probable que permanecerá encarcelado hasta el juicio, que aún no se ha programado. Según una persona familiarizada con las condiciones de la detención de Ghosn, no se le permitió tomar notas mientras lo interrogaban o tener bolígrafo o lápices en su celda de aproximadamente 7 metros cuadrados. Los fiscales no tienen la obligación de informar a su equipo de defensa de las pruebas en su contra, por lo que trató de memorizar lo que le preguntaron y los detalles de los documentos que le mostraron. Esa era la única forma en que podía darle a sus abogados una idea de lo que podrían enfrentar en el juicio.
A pesar de las probabilidades en su contra, Ghosn es un acusado atípico. Y un veredicto atípico, es decir, otro que no sea culpable, es un escenario probable. Sin embargo, probar su inocencia no sería suficiente para reparar su relación con Nissan. En una breve entrevista en la cárcel el 30 de enero con Nikkei, Ghosn dijo que "no tenía dudas" de que fue víctima de "complot y traición" por parte de sus rivales internos, que se oponían a una mayor integración con Renault. La investigación interna de Nissan aún continúa, según personal de la empresa, y se ha expandido para considerar las relaciones de Ghosn y otros ejecutivos con concesionarios, distribuidores y otros socios comerciales en todo el mundo. Sorprendentemente, dada su participación en algunas de las conductas bajo investigación, Nada todavía está ayudando. En cierto momento después del arresto, alguien familiarizado con la defensa de Ghosn dice que Nada se acercó a la primera esposa de Ghosn, Rita, para buscar información sobre su ex. No obstante, ella no respondió las llamadas de Bloomberg Businessweek y Nissan se negó a hacer comentarios.
Mientras tanto, la información sobre la conducta y los hábitos de gasto de Ghosn aparece a intervalos frecuentes en la prensa japonesa y extranjera. Muchas de las revelaciones han sido incómodas para Ghosn, aunque no necesariamente legalmente condenatorias. Por ejemplo, Nissan cubrió el coste de su inscripción al club de yates de Río, y su hermana estuvo en la nómina de la empresa durante más de una década, realizando indefinidas "tareas de consultoría" en Brasil. Y durante una de las peores fases de la crisis de las inspecciones de 2017, envió un correo electrónico exigiendo a la compañía a darse prisa en pagar a los contratistas que habían renovado su casa de Beirut. Los retrasos, escribió, eran "preocupantes".
Nunca es un buen momento para que una empresa se consuma en luchas internas y procesos penales, pero este momento es particularmente malo para Renault y Nissan. Las ventas de automóviles aflojan en EEUU y en China, mientras la industria está enredada en una agitación sin precedentes, luchando por gestionar la transición a vehículos eléctricos y autónomos y los desafíos que presentan compañías como Tesla y Google a través de su marca Waymo.
Ghosn siempre ha sido un defensor y visionario de las nuevas tecnologías. Él defendió el Leaf, cuando la competencia le decía abiertamente que era una mala idea, y hoy en día es el coche eléctrico más vendido de la historia. Su plan de integración se basa en alcanzar la escala necesaria para poder competir, al mismo tiempo, tanto con los rivales tradicionales como con las posibles amenazas de Silicon Valley. En total, Nissan, Renault, Mitsubishi junto con las marcas más pequeñas de la alianza (Dacia, Samsung, Lada, Datsun e Infiniti) fabrican tantos o más coches que los mayores fabricantes del mundo, pero virtualmente nadie más en la industria ve a la alianza fragmentada como un verdadero rival para Volkswagen AG y Toyota Motor Corporation, los verdaderos gigantes globales de la industria. Crear un frente más unido resultaría muy dificil, siendo amables; de acuerdo con personas familiarizadas con los debates internos de la alianza, los esfuerzos anteriores de Ghosn para unificar y consolidar producción levantaron una feroz oposición dentro de Nissan, en particular la decisión de fabricar un producto concreto de Nissan en una planta de Renault en Francia.
A pesar de la presión abierta hecha por Saikawa, Renault se negó a despedir a Ghosn, y siguió siendo el presidente y CEO oficial hasta su renuncia voluntaria el 23 de enero. La compañía francesa ha dicho que su investigación interna no ha revelado prueba alguna de irregularidades, pero que continúa revisando la compensación de Ghosn y la de sus aliados más próximos. Y aunque los arrestos sin duda han ampliado las divisiones entre las dos compañías, Renault y Nissan dicen que están comprometidas con su asociación. Deshacer 20 años de integración sería una tarea monumental, una especie de Brexit corporativo.
Saikawa ha dicho que trabajará para mejorar la gobernabilidad en Nissan y luego buscará "pasar el testigo" una vez que la compañía se haya estabilizado. Mientras tanto, hay pruebas considerables de que también pretende que la parte japonesa obtenga más control dentro de la alianza. Saikawa ha exigido abiertamente que Nissan asuma un papel más proactivo en la toma de decisiones; podría, por ejemplo, tratar de alterar la estipulación de que el líder de Renault es automáticamente el jefe de la alianza. A finales del año pasado, según personas familiarizadas con los planes de Nissan, la compañía también comenzó a prepararse para trasladar a la sede en Japón más de $1000 millones de su empresa conjunta en China. Ese dinero podría ser la llave para comprar acciones de Renault, ante el riesgo de una gran confrontación con el estado francés, que guarda celosamente su posición como el actor dominante en las empresas clave. En un comunicado oficial, Nissan dice que es "infundado" sugerir que tales hechos estén sucediendo y que "no tiene la intención de usar fondos repatriados para tomar el control de Renault".
Antes de que Nissan pase continue y deje atrás la "era Ghosn", tendrá que lidiar con sus propios problemas legales. Como consecuencia de la revelación del pago diferido a Ghosn, la compañía también fue acusada por su permisividad al respecto y podría enfrentar riesgos legales, incluso en EEUU, donde la Comisión de Bolsa y Valores ha abierto una investigación para conocer los detalles exactos sobre la compensación de los ejecutivos de la división estadounidense de Nissan. Si surgen más problemas, será difícil desviar la atención de Saikawa, quien es y ha sido un alto ejecutivo y miembro de la junta durante todo el período en cuestión. El caso de Nissan, como el de Ghosn, se centrará en una pregunta simple: ¿cómo podría un sofisticado fabricante de automóviles global, con batallones de abogados y auditores y una abundante infraestructura burocrática, no saber cuánto le pagaba a su presidente?
Hasta este año, enero para Ghosn significaba el regreso a su hogar espiritual: el foro de Davos. Invariablemente, cambiaría su habitual itinerario de saltos por todo el mundo, a las entrevistas de televisión y a las reuniones "bilaterales" con otras grandes personalidades del mundo. Este año, su ausencia estuvo marcada principalmente por la revelación del ministro de finanzas de Francia, en una entrevista en Davos con Bloomberg TV, de que Ghosn había renunciado a su cargo en Renault, lo cual no impidió el normal desarrollo del foro.
Pasando gran parte de su tiempo a más de 10000 metros de altura, tranquilo y confiado en que Kelly y otros dejado bien atados los detalles de su amplia compensación, Ghosn no se dio cuenta de que algunos de sus colegas más cercanos en Japón estaban trabajando para diseñar su arresto. Algunos años, Ghosn recaudó más del doble que el resto de los ejecutivos de la junta de Nissan juntos, sin contar además de sus otros salarios y cinco residencias de la compañía. Puede que simplemente haya estado disfrutando los frutos de su extensa cosecha, como insisten sus defensores. O, como argumentan Nissan y los fiscales, podría haber transgredido los límites legales y éticos. Sea como sea, el escándalo le ha dado a sus enemigos una oportunidad para atacar.
La última aparición pública de Ghosn tuvo lugar el 8 de enero, en una sala de audiencias del Tribunal de Distrito de Tokio. Unos días antes, sus abogados habían usado una oscura maniobra legal: exigieron al juez del Tribunal a justificar la continuidad de su detención, una estrategia a largo plazo que activa un resorte, la posibilidad de su cliente de dirigirse a un tribunal. Los bocetos y los informes de la corte mostraban a Ghosn sentado detrás de un podio de madera rubia, vestido con un traje oscuro con una camisa blanca de cuello abierto y las zapatillas de plástico endebles de la cárcel. Sus manos estaban esposadas frente a su cuerpo, y los guardias habían atado una cuerda alrededor de su cintura, práctica habitual para los presos que aparecían en la corte japonesa. Estaba más delgado que antes, y el gris era visible en las raíces de su cabello.
“He dedicado dos décadas de mi vida a revivir Nissan y construir la alianza. Trabajé hacia estos objetivos día y noche, en la Tierra y en el aire", dijo Ghosn después de leer una serie de refutaciones a los cargos en su contra. Un intérprete traducía en directo para el juez. “Siempre he actuado con integridad y nunca me han acusado de ningún delito en mi carrera profesional de varias décadas. He sido acusado injustamente y detenido injustamente ". Concluyó: "gracias, Señoría, por escucharme".
Habló durante unos 10 minutos. Poco después, los guardias con uniformes azules lo sacaron de la sala para comenzar el largo viaje a través de Tokio, de vuelta a su celda.
Durante los meses siguientes, Ghosn comenzó a planear una revisión de los lazos existentes entre Renault y Nissan con el objetivo de llevar a las dos compañías a una sola empresa matriz o a una fusión total, según media docena de personas familiarizadas con las discusiones que sucedieron después (al igual que otras fuentes entrevistadas para esta historia, solicitaron el anonimato puesto que se trata de información sensible). La idea consiste en que, constituida como una compañía más grande y totalmente integrada, Renault-Nissan estaría mejor posicionada para buscar tecnologías emergentes como los vehículos autónomos. También poseería lo que los banqueros de inversión llaman "moneda de transacción", acciones lo suficientemente valiosas como para convertirse en una importante adquisición en caso de que otro fabricante de automóviles grande esté disponible. El gobierno francés, el mayor accionista de Renault, había dejado clara su preferencia por una alianza más estrecha, al ver claramente la oportunidad de tener en Francia el núcleo de un gigante global de una industria dominada por otros países (Japón, Alemania y Corea del Sur, principalmente).
Saikawa manifestó odiar la idea, argumentando internamente que Nissan debería permanecer independiente o ser la fuerza dominante si se diera el caso de profundizar en la unión. Estaba especialmente preocupado por asegurarse de que la tecnología de vehículos eléctricos de Nissan no fuera canibalizada en beneficio de Renault, el socio más pequeño y menos rentable. A fines de abril, Saikawa hizo públicas sus objeciones y dijo al periódico de negocios Nikkei que no veía "ningún mérito" en combinar a Nissan con Renault.
Ghosn se quedó lívido. La siguiente vez que vería a Saikawa en la sede de Nissan, lo encaró y le dijo que había dañado la credibilidad de la compañía y la suya al cuestionar el plan, según una persona familiarizada con el intercambio. También sugirió a Saikawa que sus días como CEO podrían estar contados. La conversación no fue un incidente aislado, la misma fuente dice que Ghosn había criticado a Saikawa por sus débiles resultados en EEUU, donde Nissan está muy rezagada respecto a sus rivales. Incluso en una ocasión, según una persona cercana a la familia de Ghosn, le dijo a sus hijos que Saikawa sólo tenía hasta finales de 2018 para cambiar las cosas. En su comunicado, Nissan afirma que las sugerencias de que Ghosn y Saikawa estuvieran divididos, ya sea por la crisis de las inspecciones, por la posible fusión o el rendimiento de Nissan, se basan en "especulaciones y rumores sin fundamento", y que las afirmaciones de que el puesto de trabajo de Saikawa estaba en riesgo son "sin fundamento".
Durante su mandato, Ghosn disfrutó de grandes ventajas significativas, tanto en salario como en poder de mando. Seguía siendo el presidente de Nissan, además de ser el CEO y presidente de Renault, y presidente de la entidad con sede en Ámsterdam que supervisa la alianza. Bajo una estructura que ha cambiado poco desde el rescate de 1999, Renault también controla el 43 por ciento de las acciones de Nissan, lo que le da el poder de vetar decisiones importantes. Sin importar la posición de Saikawa, Ghosn indudablemente tenía capacidad de llevar a cabo las reformas planeadas y profundizar en la integración de ambas empresas.
Según personas familiarizadas con las discusiones, en los meses previos al arresto se hicieron planes para anunciar la nueva estructura y presentar al posible equipo de gestión a principios de 2019. Ghosn, cuyo contrato de Renault se había extendido hasta 2022, estaría en la cima. Saikawa estaba en riesgo de ser desechado y de ver a la compañía a la que había dedicado toda su carrera integrado en un conglomerado global, fuera de su control.
La vida de Ghosn se ha definido por un cosmopolitismo extremo, incluso entre la clase de ejecutivos internacionales. Tiene tres pasaportes, habla cuatro idiomas y, hasta su reciente cambio de circunstancias, divide el tiempo entre cinco o más ciudades. Pero aunque podría ser una caricatura del "Davos Man" sin fronteras, es un verdadero creyente en los valores del foro económico suizo, a menudo burlado. Comprensiblemente, siendo un hombre nacido en el remoto oeste de Brasil, criado en Beirut, educado en París y líder de un icono industrial japonés, se le puede perdonar su creencia de que las fronteras nacionales ya no vinculan el comercio mundial.
Cuando Ghosn aterrizó en Tokio para tomar el control de Nissan, su experiencia previa en Japón consistió únicamente en visitas breves. La prensa japonesa comparó su llegada en 1999 a la de los kurofune o barcos negros, los bombarderos estadounidenses que obligaron al país a abrirse al comercio en el siglo XIX. A medida que sus esfuerzos en Nissan se afianzaron, se convirtió en la prueba viva de que el tradicional Japón nacionalista y cerrado, tenía lugar como jugador de primera línea de la nueva era global. Sus logros más prominentes incluyeron acuerdos para incorporar a Dongfeng Motor Company de China y a AvtoVAZ de Rusia, aquellas enormes reliquias de la planificación central comunista que se adaptaron para convertirse en componentes modernos y bien organizados de la alianza.
Cuanto más tiempo pasaba Ghosn recorriendo el mundo, más se modelaba su particular personaje "Davos Man". A principios de los 2000, se sometió a una cirugía láser y se deshizo de sus gafas de culo de botella. Modernizó su vestuario y allanó su acento inclasificable; su cabello escaso se volvió espeso y negro azabache. Sorprendentemente, nunca se molestó en aprender más que el japonés básico, pero en cualquier caso era una figura adorada en Tokio, parado frecuentemente por transeúntes para pedirle fotos y solicitado por políticos que intentaban inyectar sus campañas un toque moderno.
Por todo esto, Ghosn estaba ampliamente pagado de diversas maneras. Tenía al menos tres salarios: en 2017, aproximadamente $6.5 millones de Nissan Motor Company, $8.4 millones de Renault SAS y $2 millones de Mitsubishi Motors Corporation, parte de la alianza desde 2016. Nissan y Mitsubishi dicen que Ghosn recibió $8.9 millones adicionales de la empresa holandesa conjunta, Nissan-Mitsubishi BV, sin la aprobación de ninguna de las compañías.
En su abultada remuneración empezaron los problemas. En relación con los salarios de los grandes ejecutivos estadounidenses, los líderes de las grandes empresas japonesas y francesas reciben un salario relativamente modesto. Pero Ghosn manejó las discusiones sobre el pago con su combatividad habitual, refutando vigorosamente a sus críticos. Frecuentemente tiró de la ayuda de su firme aliado Kelly, quien encargó exhaustivos informes a una firma consultora respetada para demostrar que Ghosn ganó menos que sus equivalentes de fabricantes de automóviles rivales, tales como Ford Motor Company y General Motors Company. Esa era, no obstante, una realidad a medias. Las compañías japonesas generalmente proveen hogares para sus ejecutivos de mayor rango, y para Ghosn, Nissan proporcionó cinco: en París, Tokio, Ámsterdam, Beirut y Rio de Janeiro; los tres primeros por cuestiones profesionales (sedes de Renault, Nissan y de la sede fiscal de la Alianza) y los dos últimos por razones personales y familiares.
La primavera pasada, Hari Nada, quien se había empezado a encargar de administrar muchos de los asuntos personales de Ghosn (actividad que anteriormente hacía Greg Kelly), comenzó a cuestionar las residencias de Ghosn, pagadas por Nissan. Nada ha rechazado las solicitudes de entrevistas de la prensa, por lo que no está clara la razón de sus preocupaciones. Abogado de origen malayo, Nada lleva trabajando en Nissan desde los años 90 y durante mucho tiempo había sido un aliado fiel de Ghosn. Kelly y él eran amigos, parte de una pandilla de expatriados de alto nivel que se reunían con frecuencia en Charcoal Grill Green, un bar de hamburguesas y cervezas cerca de la sede de Nissan. Nada también había estado íntimamente involucrado con muchos aspectos del salario del presidente. Por ejemplo, fue uno de los tres administradores de Zi-A Capital BV, una subsidiaria holandesa de Nissan creada por Kelly en 2010; compró la casa de Ghosn en Beirut dos años más tarde por $8.8 millones, luego gastó $6 millones para renovarla con toques opulentos, incluyendo dos candelabros de $74000.
Nada también tenía conocimiento de los documentos existentes con la propuesta de pago de $80 millones tras la jubilación de Ghosn, algunos relacionados con acuerdos de no competencia, otros con tarifas de asesoría. Se acercó a un colega para pedirle consejo sobre lo que presentaba como un dilema ético: si había alentado un comportamiento poco ético y, en caso afirmativo, qué hacer al respecto. El colega le dijo a Nada que lo que él describía parecía cuestionable y estuvo de acuerdo en ayudarlo a investigarlo. Nada también contactó con otro miembro del personal de Ghosn, un administrador de Nissan llamado Toshiaki Onuma, para formar un grupo de investigación.
El grupo se enteró de que los auditores de Nissan habían sentido curiosidad por Zi-A Capital durante más de un año y en un momento dado enviaron a alguien desde Japón a los Países Bajos para que intentaran, sin éxito, obtener más información al respecto. Después de comparar los hallazgos, los auditores y el grupo de investigación comenzaron a trabajar juntos, entrevistando a los empleados de la compañía y sacando documentos. Mantener los esfuerzos del grupo fuera del conocimiento de Ghosn no fue particularmente difícil. Rara vez viajaba a Japón más de una vez al mes y estaba cada vez más centrado en la alianza y Renault, que no tenía constancia alguna de la investigación en curso.
Cuando el grupo se dio cuenta de que sus hallazgos constituían indudablemente hechos criminales, consultaron con ex fiscales públicos que ahora se dedican a actividades privadas. Con la aprobación de Nada y Onuma, esos abogados pasaron la información a los antiguos colegas de la Unidad de Investigaciones Especiales, quienes para agosto habían abierto una investigación criminal. Dada la participación de Nada y Onuma en los acuerdos de salario de Ghosn (Onuma también era un administrador de Zi-A), también corrían el riesgo de convertirse en sujetos de interés en la investigación. Felizmente para ellos, Japón había introducido recientemente sus primeras reglas que permitían acuerdos de culpabilidad; según los medios locales, ambos obtuvieron acuerdos de inmunidad a cambio de proporcionar pruebas contra Ghosn.
Mientras tanto, Nada, Onuma y un auditor de Nissan llamado Hidetoshi Imazu trabajaron en un informe formal para Saikawa, exponiendo lo que consideraban una extensa falta de conducta. Lo presentaron en octubre. Los ejecutivos de Nissan dicen que Saikawa no sabía nada de la investigación antes de recibir el documento, lo que significaría que Nada y Onuma, jefes de rango alto en una compañía japonesa jerárquica, habían tomado la decisión por su cuenta de destapar las actividades de sus jefes directos. Un escándalo de tal gravedad, significaría sumir a Nissan en una crisis de gobernabilidad grave.
Saikawa, sin embargo, algo sabía. Según dos personas que tenían conocimiento directo del asunto, el CEO de Nissan informó en agosto al Ministerio de Economía, Comercio e Industria, que vigila atentamente a las compañías japonesas, de que era probable que Nissan enfrentara un problema grave más adelante en el año. En su declaración, Nissan dijo que Saikawa estaba "totalmente inconsciente" de la investigación en agosto y que se comunica regularmente con el ministerio, incluso sobre el asunto en curso de inspecciones de vehículos, para la cual la compañía anunció otra campaña de revisión adicional en diciembre.
Incluso si Saikawa sabía que había una investigación en curso, no hizo ningún esfuerzo por proteger a su antiguo mentor. Una persona con conocimiento directo de la investigación dice que Saikawa aceptó rápidamente cooperar con los fiscales, hasta para ayudar a organizar la compleja operación desarrollada para arrestar a Ghosn y Kelly simultáneamente. Nada y él sabían que el próximo viaje de Ghosn estaba programado para el 19 de noviembre, y sus equipos se mantuvieron en contacto regular sobre sus planes para evitar crear la impresión de que algo estaba mal. Llevar a Kelly a Japón el mismo día fue más complicado. Parcialmente retirado, dividiendo su tiempo entre Nashville y Florida y preparándose para una cirugía de tratamiento de su estenosis espinal, planeaba unirse a una reunión del órgano directivo a fines de noviembre por videoconferencia. Pero Nada insistió en que tenía que estar allí en persona. Nada también hizo la inusual oferta de permitir a Kelly usar uno de los aviones privados de Nissan, asegurándole que estaría en casa mucho antes para su operación. Con esas condiciones, Kelly accedió a hacer el viaje.
A las pocas horas de suceder los arrestos, Saikawa convocó a la prensa en la sede de Nissan para dar una conferencia en la misma sala en la que se había responsabilizado por el escándalo de las inspecciones el año anterior. Esta vez no hubo reverencias ni disculpas. En cambio, Saikawa descargó profusamente sobre su antiguo amigo. "Sólo podemos decir que el incidente que se ha descubierto es el lado oscuro del largo reinado de Ghosn", dijo. Tres días después, la junta de Nissan votó por unanimidad para destituir a su presidente.
El Centro de Detención de Tokio podría pasar por un hospital o un complejo de oficinas. No hay alambre de espino ni muros altos; las cercas externas podrían ser las que rodean un campo de fútbol. Guardias desarmados recorren el perímetro a pie, pasando a pocos metros del parking del complejo anexo. Muchos de los coches aparcados son Nissan.
El término "kafkiano" se usa a menudo de forma incorrecta, pero como una forma de describir el sistema de justicia japonés, es bastante adecuado. Los sospechosos pueden ser retenidos sin cargos durante un máximo de 23 días y no tienen derecho a un abogado durante el interrogatorio. Los fiscales también tienen el poder de prohibir las visitas familiares. Cuando el período de 23 días expira, un sospechoso puede ser arrestado nuevamente por otra ofensa, poniendo el contador a cero. Y una vez que alguien ha sido acusado, el resultado está casi predeterminado, dejando a los abogados defensores concentrarse en entrenar a sus clientes para que confiesen de la manera menos perjudicial.
Ghosn pasó las semanas posteriores a su arresto siendo interrogado diariamente, mientras que Kelly recibió el mismo tratamiento en otro lugar del mismo edificio. Después de la primera acusación de Ghosn, por no haber revelado adecuadamente su pago de jubilación propuesto (un problema aparentemente técnico que conlleva una pena de hasta 10 años de prisión), sus abogados y él comenzaron a hacer planes asumiendo que podría salir de prisión dentro de los primeros 23 días mediante fianza, justo para ver a su familia en Navidad. Según personas familiarizadas con su defensa, los preparativos fueron complicados: Ghosn sería trasladado de la cárcel provisional a la Embajada de Francia y luego en un vuelo a París, donde Emmanuel Macron había asegurado personalmente supervisar al acusado y garantizar su regreso a Japón para el juicio.
En su lugar, fue arrestado nuevamente a menos una hora de presentar la petición fianza, esta vez por el incumplimiento de confianza relacionado con la decisión, en 2008, de utilizar temporalmente los balances de Nissan para proporcionar garantías para sus contratos personales de divisas. Kelly fue liberado a fines de diciembre y al no abandonar Japón antes de que lo juzgaran por los cargos de pago diferido, se le permitió someterse a la cirugía de espalda en Tokio en lugar de en Florida.
Si bien Nissan ha dicho que Ghosn se involucró en un amplio patrón de comportamiento poco ético, los cargos criminales en su contra se refieren únicamente a la transacción de divisas y a las acusaciones de que ocultó la verdadera escala de su compensación de jubilación, dinero que, en cualquier caso, no ha recibido. En el juicio, es probable que sus abogados argumenten que las propuestas para los pagos posteriores a la jubilación fueron solo eso: propuestas, sujetas a negociación, sin ninguna certeza de que serían desembolsadas o en qué cantidades. Por lo tanto, podrían reclamar que las propuestas no deberían considerarse como compensación diferida o ingreso real, lo que significa que Ghosn no tenía la obligación de revelarlas.
La segunda acusación es más compleja. Durante la crisis financiera de 2008, con las fuertes fluctuaciones en el precio de las acciones de Nissan y en el valor del yen, el banco japonés Shinsei Bank Ltd. exigió más garantías de Ghosn para mantener los contratos de cobertura en los que había entrado para proteger su salario (en yenes, por obligación de Nissan) de las fluctuaciones de la moneda. Como Ghosn no tenía suficiente en sus cuentas personales, organizó que Nissan avalase los contratos temporalmente. Más tarde los recuperó, asegurados por una carta de crédito de Khaled Al-Juffali, un empresario saudí cuya empresa familiar recibiría después $14.7 millones en pagos directos la "reserva del CEO" de Nissan, una fuente de dinero que la compañía dice que Ghosn controlaba con poca supervisión. Los representantes de Ghosn sostienen que la transacción se aprobó correctamente y que Al-Juffali, propietario de una cadena de concesionarios de automóviles, recibió ese pago por ayudar a Nissan con la distribución regional, no por sacar a Ghosn de un aprieto.
Los jueces en Japón tienden a prorrogar a los fiscales cuando deciden otorgar la libertad bajo fianza, y la solicitud más reciente de liberación de Ghosn fue denegada el 22 de enero. Parece probable que permanecerá encarcelado hasta el juicio, que aún no se ha programado. Según una persona familiarizada con las condiciones de la detención de Ghosn, no se le permitió tomar notas mientras lo interrogaban o tener bolígrafo o lápices en su celda de aproximadamente 7 metros cuadrados. Los fiscales no tienen la obligación de informar a su equipo de defensa de las pruebas en su contra, por lo que trató de memorizar lo que le preguntaron y los detalles de los documentos que le mostraron. Esa era la única forma en que podía darle a sus abogados una idea de lo que podrían enfrentar en el juicio.
A pesar de las probabilidades en su contra, Ghosn es un acusado atípico. Y un veredicto atípico, es decir, otro que no sea culpable, es un escenario probable. Sin embargo, probar su inocencia no sería suficiente para reparar su relación con Nissan. En una breve entrevista en la cárcel el 30 de enero con Nikkei, Ghosn dijo que "no tenía dudas" de que fue víctima de "complot y traición" por parte de sus rivales internos, que se oponían a una mayor integración con Renault. La investigación interna de Nissan aún continúa, según personal de la empresa, y se ha expandido para considerar las relaciones de Ghosn y otros ejecutivos con concesionarios, distribuidores y otros socios comerciales en todo el mundo. Sorprendentemente, dada su participación en algunas de las conductas bajo investigación, Nada todavía está ayudando. En cierto momento después del arresto, alguien familiarizado con la defensa de Ghosn dice que Nada se acercó a la primera esposa de Ghosn, Rita, para buscar información sobre su ex. No obstante, ella no respondió las llamadas de Bloomberg Businessweek y Nissan se negó a hacer comentarios.
Mientras tanto, la información sobre la conducta y los hábitos de gasto de Ghosn aparece a intervalos frecuentes en la prensa japonesa y extranjera. Muchas de las revelaciones han sido incómodas para Ghosn, aunque no necesariamente legalmente condenatorias. Por ejemplo, Nissan cubrió el coste de su inscripción al club de yates de Río, y su hermana estuvo en la nómina de la empresa durante más de una década, realizando indefinidas "tareas de consultoría" en Brasil. Y durante una de las peores fases de la crisis de las inspecciones de 2017, envió un correo electrónico exigiendo a la compañía a darse prisa en pagar a los contratistas que habían renovado su casa de Beirut. Los retrasos, escribió, eran "preocupantes".
Nunca es un buen momento para que una empresa se consuma en luchas internas y procesos penales, pero este momento es particularmente malo para Renault y Nissan. Las ventas de automóviles aflojan en EEUU y en China, mientras la industria está enredada en una agitación sin precedentes, luchando por gestionar la transición a vehículos eléctricos y autónomos y los desafíos que presentan compañías como Tesla y Google a través de su marca Waymo.
Ghosn siempre ha sido un defensor y visionario de las nuevas tecnologías. Él defendió el Leaf, cuando la competencia le decía abiertamente que era una mala idea, y hoy en día es el coche eléctrico más vendido de la historia. Su plan de integración se basa en alcanzar la escala necesaria para poder competir, al mismo tiempo, tanto con los rivales tradicionales como con las posibles amenazas de Silicon Valley. En total, Nissan, Renault, Mitsubishi junto con las marcas más pequeñas de la alianza (Dacia, Samsung, Lada, Datsun e Infiniti) fabrican tantos o más coches que los mayores fabricantes del mundo, pero virtualmente nadie más en la industria ve a la alianza fragmentada como un verdadero rival para Volkswagen AG y Toyota Motor Corporation, los verdaderos gigantes globales de la industria. Crear un frente más unido resultaría muy dificil, siendo amables; de acuerdo con personas familiarizadas con los debates internos de la alianza, los esfuerzos anteriores de Ghosn para unificar y consolidar producción levantaron una feroz oposición dentro de Nissan, en particular la decisión de fabricar un producto concreto de Nissan en una planta de Renault en Francia.
A pesar de la presión abierta hecha por Saikawa, Renault se negó a despedir a Ghosn, y siguió siendo el presidente y CEO oficial hasta su renuncia voluntaria el 23 de enero. La compañía francesa ha dicho que su investigación interna no ha revelado prueba alguna de irregularidades, pero que continúa revisando la compensación de Ghosn y la de sus aliados más próximos. Y aunque los arrestos sin duda han ampliado las divisiones entre las dos compañías, Renault y Nissan dicen que están comprometidas con su asociación. Deshacer 20 años de integración sería una tarea monumental, una especie de Brexit corporativo.
Saikawa ha dicho que trabajará para mejorar la gobernabilidad en Nissan y luego buscará "pasar el testigo" una vez que la compañía se haya estabilizado. Mientras tanto, hay pruebas considerables de que también pretende que la parte japonesa obtenga más control dentro de la alianza. Saikawa ha exigido abiertamente que Nissan asuma un papel más proactivo en la toma de decisiones; podría, por ejemplo, tratar de alterar la estipulación de que el líder de Renault es automáticamente el jefe de la alianza. A finales del año pasado, según personas familiarizadas con los planes de Nissan, la compañía también comenzó a prepararse para trasladar a la sede en Japón más de $1000 millones de su empresa conjunta en China. Ese dinero podría ser la llave para comprar acciones de Renault, ante el riesgo de una gran confrontación con el estado francés, que guarda celosamente su posición como el actor dominante en las empresas clave. En un comunicado oficial, Nissan dice que es "infundado" sugerir que tales hechos estén sucediendo y que "no tiene la intención de usar fondos repatriados para tomar el control de Renault".
Antes de que Nissan pase continue y deje atrás la "era Ghosn", tendrá que lidiar con sus propios problemas legales. Como consecuencia de la revelación del pago diferido a Ghosn, la compañía también fue acusada por su permisividad al respecto y podría enfrentar riesgos legales, incluso en EEUU, donde la Comisión de Bolsa y Valores ha abierto una investigación para conocer los detalles exactos sobre la compensación de los ejecutivos de la división estadounidense de Nissan. Si surgen más problemas, será difícil desviar la atención de Saikawa, quien es y ha sido un alto ejecutivo y miembro de la junta durante todo el período en cuestión. El caso de Nissan, como el de Ghosn, se centrará en una pregunta simple: ¿cómo podría un sofisticado fabricante de automóviles global, con batallones de abogados y auditores y una abundante infraestructura burocrática, no saber cuánto le pagaba a su presidente?
Hasta este año, enero para Ghosn significaba el regreso a su hogar espiritual: el foro de Davos. Invariablemente, cambiaría su habitual itinerario de saltos por todo el mundo, a las entrevistas de televisión y a las reuniones "bilaterales" con otras grandes personalidades del mundo. Este año, su ausencia estuvo marcada principalmente por la revelación del ministro de finanzas de Francia, en una entrevista en Davos con Bloomberg TV, de que Ghosn había renunciado a su cargo en Renault, lo cual no impidió el normal desarrollo del foro.
Pasando gran parte de su tiempo a más de 10000 metros de altura, tranquilo y confiado en que Kelly y otros dejado bien atados los detalles de su amplia compensación, Ghosn no se dio cuenta de que algunos de sus colegas más cercanos en Japón estaban trabajando para diseñar su arresto. Algunos años, Ghosn recaudó más del doble que el resto de los ejecutivos de la junta de Nissan juntos, sin contar además de sus otros salarios y cinco residencias de la compañía. Puede que simplemente haya estado disfrutando los frutos de su extensa cosecha, como insisten sus defensores. O, como argumentan Nissan y los fiscales, podría haber transgredido los límites legales y éticos. Sea como sea, el escándalo le ha dado a sus enemigos una oportunidad para atacar.
La última aparición pública de Ghosn tuvo lugar el 8 de enero, en una sala de audiencias del Tribunal de Distrito de Tokio. Unos días antes, sus abogados habían usado una oscura maniobra legal: exigieron al juez del Tribunal a justificar la continuidad de su detención, una estrategia a largo plazo que activa un resorte, la posibilidad de su cliente de dirigirse a un tribunal. Los bocetos y los informes de la corte mostraban a Ghosn sentado detrás de un podio de madera rubia, vestido con un traje oscuro con una camisa blanca de cuello abierto y las zapatillas de plástico endebles de la cárcel. Sus manos estaban esposadas frente a su cuerpo, y los guardias habían atado una cuerda alrededor de su cintura, práctica habitual para los presos que aparecían en la corte japonesa. Estaba más delgado que antes, y el gris era visible en las raíces de su cabello.
“He dedicado dos décadas de mi vida a revivir Nissan y construir la alianza. Trabajé hacia estos objetivos día y noche, en la Tierra y en el aire", dijo Ghosn después de leer una serie de refutaciones a los cargos en su contra. Un intérprete traducía en directo para el juez. “Siempre he actuado con integridad y nunca me han acusado de ningún delito en mi carrera profesional de varias décadas. He sido acusado injustamente y detenido injustamente ". Concluyó: "gracias, Señoría, por escucharme".
Habló durante unos 10 minutos. Poco después, los guardias con uniformes azules lo sacaron de la sala para comenzar el largo viaje a través de Tokio, de vuelta a su celda.