18-03-2017, 11:51
Preámbulo
Como bien sabeis, y como ya quedó constancia en este mismo hilo. Este verano nos acercamos a Madrid a buscar al propietario de la única unidad actualmente localizada en circulación de Nissan Cherry Europe GTI en nuestro país.
La primera parte del viaje fué una parada en Desguaces La Torre para desguazar una unidad en muy mal estado que allí había, y seguidamente nos adentramos en el corazón de la capital en busca de esta unidad blanca.
El coche se encontraba exactamente en la misma posición que estaba en la fotografía que le habían pasado al compañero viejesglories. Y el dueño residía en la dirección que figuraba en el informe de tráfico, a unas manzanas del coche.
Pudimos tener una breve conversación con él a través del interfono de su edificio. Nos hizo saber que en esos momentos no tenía intención de deshacerse del coche, pero que tal vez lo haría el año que viene. No llegamos a intercambiar ningún modo de contacto, pero yo ya sabía con seguridad su dirección exacta.
Fueron pasando los meses y @turbo 21 me insistía sobre este coche. Él nunca perdió la esperanza aunque a mi me sonaba a la típica historia que todos conocemos y que acaba con el coche en el desguace. Y parece que no fué así por poco.
Como decía fueron pasando los meses, y llegué a la conclusión, dado que era una persona de avanzada edad, que la forma más correcta de dirigirme a él era enviándole una cordial carta a su casa. Y así decidí, que el momento idóneo era enviarla por Navidad, y de ese modo aprovechar para felicitarle las fiestas. Habría pasado el tiempo suficiente para no sentirse "acosado" pero no demasiado como para que olvidase el tema. Y así lo hice, pero fué pasando el tiempo y no obtuve respuesta.
El coche ya lo imaginaba en el desguace, y si no fuera por que el forero @Camaro-1967 afirmaba que continuaba en el mismo lugar habría estado seguro de ello. Pero en mitad de mi viaje por Europa con el forero @Raf616, mientras circulaba por una autobahn alemana sonó mi teléfono. Yo estaba convencido de que en esos momentos la llamada sería de un amigo al que íbamos a visitar y de cuya casa estábamos a pocas horas de distancia. Pensando erróneamente que era él, sin mirar siquiera el teléfono descolgué y se lo pasé al copiloto. "Dile que en dos horas llegamos" Se lo dice, y que no se que, que no se cuantos, que no es él, que es un tipo de no se que... empezé a escuchar palabras sueltas... "carta"... "Madrid"... "tarjeta". Y ahí hilé los cabos. El hombre del Cherry de Madrid que tiene mi teléfono porqué adjunté mi tarjeta a la carta que le envié... MIERDA. No podía ser más inoportuno. El copiloto como pudo le explicó la situación y que le llamaría a la semana siguiente, cuando estuviese de regreso en España.
Al llegar a casa de mi amigo en Alemania esa misma noche, me apresuré a compartir con Turbo 21 el suceso y a pasarle el número de teléfono para que él pudiese hablar con el hombre y poner algo de seriedad en el asunto, que había empezado con el pié izquierdo.
De momento la cosa fué bien, Turbo 21 habló con el señor, el cual le expresó sus intenciones de deshacerse del coche, los motivos personales que le movían a ello, etc. Regresé a España, y aún sin haber acabado mis vacaciones llamé al hombre. Acordamos un precio (algo por encima de lo que suelo pagar por los coches, pero para el común de los mortales un chollo) y que pasaría a recogerlo a la siguiente semana, cuando hubiese vuelto del viaje.
Regresé a casa por fín, acordé con Turbo 21 que iríamos a recogerlo el miércoles de esa semana, lo antes posible pero con un par de dias por enmedio para poder yo descansar. Llevaba conducidos desde el dia 27 que salí de mi casa cerca de 8000kms. Y así se lo hice saber al hombre.
El día C (de Cherry)
Salí pronto por la mañana para casa de Turbo 21 con mi fiel Kadett que tantos kilómetros lleva ya encima. Hoy le tocaban otros 1000kms más, puesto que el Octavia que Turbo 21 acostumbra a tomar prestado para estos menesteres (por consumo básicamente) no estaba disponible.
Teníamos previsto llegar a Puerta del Sol sobre las 12 del medio día, y aún haciendo unos recados de por medio, y circulando a 100 km/h para ahorrar gasolina ya que andaba justísimo fuimos puntuales. Allí nos esperaba @montoro17 que tan bien nos acoge siempre que vamos por Madrid.
Dejamos el Kadett en el parking y echamos a andar hacia Moncloa. Al llegar comprobamos que el Cherry seguía en su lugar. Estaba igual que este verano, pero con un antinieblas roto. Más tarde entenderíamos que poco es lo que tiene el coche para lo mal que aparcan en Madrid.
Y fuimos a casa del propietario.
La verdad es que tenía mucha curiosidad por conocer a este hombre. Por teléfono parecía una persona muy lúcidad a pesar de su edad. Debería ser una persona muy interesante. Lo primero es que se sorprendió, porque nos esperaba el día anterior. Yo le llamé el lunes para confirmarle que iríamos el miércoles a por el coche, pero debió entender mal. No hubo mayor problema no obstante. La casa muy agradable, llena de trastos viejos interesantes, muy limpia y curiosa. El hombre no dió apenas conversación, fuimos directamente a rellenar el contrato de compra-venta que me pidió que llevase, se le pagó, y bajamos a ver el coche.
Tanto Turbo 21 como yo en este aspecto nos fuimos algo decepcionados. El hombre parecía querer hablar, y nosotros estábamos deseosos de escuchar historias del coche, pero se le veía cohibido y apenas dijo nada.
Le preguntamos un poco como compró el coche, cuando, etc. Comentó que se lo compró a una mujer que había enviudado (su primera propietaria) y que no quiso seguir conduciendo tras la falta de su marido. El hombre insistia en que compró el coche hacía 11 años, pero en el permiso de circulación consta que fué adquirido por él en 1993. El uso del coche se limitó a viajes entre Madrid y los destino vacacionales que frecuentaba con su mujer en el Norte de España. Más adelante vereis algunos documentos que atestiguan el poco uso que se le dió al coche.
Un momento baste curioso fué, cuando tras quitar el antirrobo artesanal que llevaba el coche y que consistía en una cadena que sujetaba el volante a la palanca de cambios, el hombre arrancó el coche. Este arrancó enseguida, a la primera y sin dificultad. Y mientras decía "A este coche lo he querido como a un hijo, siempre lo he cuidado mucho" lo aceleraba en frio por encima de las 4000 rpm y yo por dentro me decía "nunca más, nunca más".
(Observese que no conserva el reloj de cuarzo original, ha sido sustituido por otro más moderno)
Tras monstrarnos algunos detalles del coche, nos presentó al que ha sido el mecánico del coche estos últimos años, el que lo ha vigilado y cuidado de pasarle las Itv.
Ya finalmente nos despedimos del propietario, al cual como es comprensible le costó desprenderse de su coche, tras tantos años y tantos recuerdos (que no quiso compartir).
Y nos quedamos haciéndole una revisión visual. Así a simple vista necesitaba inchar los neumáticos pues concretamente uno estaba bastante desinflado, y me dediqué a limpiare los cristales para que no fuese tan llamativo su estado de deshuso. Los niveles eran más o menos correctos. Un poco bajos tanto el aceite como el refrigerante pero nada grave. Rellenamos un poco antes de volver a arrancar.
Mientras estábamos con el coche en la calle, con el capó abierto, limpiando los cristales y demás. El caballero que estaba aparcado detrás nuestra, nos pidió amablemente si lo podíamos echar un poco para adelante, para así poder sacar su coche con mayor comodidad y evitar tocar el nuestro. Accedimos cortesmente. Para que poco después, la cara opuesta de la moneda, llegase una especie de cerdo con muñones y un puro en la boca conduciendo un Volvo mugriento y procediese a aparcar en el hueco libre golpeando impunemente tanto mi coche como el de detrás. Eso nos hizo entender el antinieblas roto y los numeros golpes que lleva el coche por todo su contorno.
Ya todo listo (o casi) arrancamos para dar la vuelta a la manzana y aparcar frente al taller del barrio, para que nos inflaran los neumáticos y nos pusiera al dia sobre el mantenimiento del coche. Antes de irme, ya total, de perdidos al rio, golpeé varias veces el paragolpes delantero del Volvo, y lamentablemente con la emoción olvidé desincharle una rueda como tenía pensado.
Durante la condución, lo primero que noté fué la completa y total ausencia de frenos. Digamos que el circuito debía ser 90% aire y 10% líquido, a pesar de que antes de salir el nivel me pareció correcto.
Ya en el taller estuvimos charlando con el mecánico, que nos atendió muy amablemente y nos facilitó todo lo que necesitábamos, incluyendo líquido de frenos para rellenar el nivel que había bajado.
Nos comentó que los últimos cinco años el coche había estado parado en esa calle, y el dueño no lo había cogido. Únicamente lo había conducido él para llevarlo a la Itv, las cuales había estado pasando anualmente hasta que en 2013, no le permitieron hacerlo, ya que les constaba la baja administrativa del vehículo, precisamente por no haber pasado la Itv. Y así nos consta en los antecedentes del coche que pedimos en tráfico, que fué dado de baja por este motivo en 2010... pero la realidad es que estuvo pasando Itv's hasta 2012 inclusive. El mecánico lo achaca a un error administrativo. Sea como sea, me tocará pagar la tasa cercana a 100€ para rehabilitar el coche.
También me dijo que le había hecho la distribución al coche hará esos cinco años más o menos, y así lo atestigua la correa vieja que hay en el maletero. Y que había estado buscando la ventanilla delantera derecha, que no lo he comentado todavía, pero vimos que la habían puesto de metacrilato. La había encontrado en La Torre pero el dueño no se decidió a cambiarla y ahí quedó la cosa, pues no tenía muy claro que iba a hacer con el coche. Nos confesó que el dueño le insinuó a principios de año que pretendía mandar el coche al desguace, pero poco después leyó mi carta y decidió vendérmelo.
Antes de irnos se me ocurrió preguntarle si conocía el número de unidades restantes de este modelo, y nos sorprendió respondiendo muy seguro "Que yo sepa cuatro, dos en Barcelona, una en Santander y esta". Muy curioso, no sabemos muy bien como, pero obtuvo esa información mientras buscaba piezas en el pasado. Pero si bien es cierto ya sabemos que de unos años para acá han desaparecido la mayoría de unidades, y que hace cinco años sí que quedaban todavía unos cuantos circulando por nuestras carreteras.
Tras despedirnos conduje muy tranquilamente hasta Puerta del Sol, donde nos esperaba montoro17 para ir a comer.
Comimos unos bocadillos muy baratos por la zona y estuvimos un rato charlando. Comprobamos que el nivel del líquido de frenos había vuelto a bajar, pero que no había ninguna fuga visible del mismo. Lamentablemente de lo poco que no había traido en mi Kadett había sido líquido de frenos, no había pensado en la posibilidad (bastante probable a decir verdad) de que hubiese una fuga del mismo. Pero no hubo problema, montoro rápidamente echó mano de contactos como otras veces ha hecho, y en poco tiempo otro compañero, si no me equivoco forero también, nos trajo media botellita de líquido con la que pudimos rellenar e incluso nos dió para purgar al día siguiente.
¡Muchas gracias!
Con muy buen sabor de boca nos fuimos rumbo a casa. Muy fácil la ruta, Puerta del Sol, Puerta de Alcalá, Calle O'Donell y A3 dirección Valencia.
En ese tramo llegamos a la conclusión de que lo ideal dado mi buen sentido de la horientación frente al nefasto de Turbo 21, era que yo fuese delante, y debido a la falta de frenos del Cherry, yo cogí el Kadett, para poder ir marcando un ritmo tranquilo y sin sobresaltos entre el alocado tráfico madrileño, y así Turbo 21 con el Cherry tras de mí, no tendría que sufrir por frenadas inoportunas e imposibles.
Salimos de la capital sin ningún sobresalto ni percance, y paramos en la primera estación de servicio que vimos al salir. Casualmente, tras haber tomado la salida me dí cuenta de que fué la misma donde paramos este mismo verano, a la vuelta de Madrid tras ver el Cherry que hoy nos acompañaba. Se comprobaron los niveles, se repostaron pobremente los coches (equivalente a la pobreza actual del dueño) y aprovechamos para tomar algunas fotografías.
Ocurrió una anécdota graciosa mientras conducía Turbo 21, y es que puso la ventilación al máximo pero el ventilador no reaccionaba, así que dejó el selector en la máxima velocidad mientras circulaba por la autovía. Al salir de esta, el motor se activó y lanzó una nube de polvo y suciedad contra su cara jajajaj Empezó con buena pata con el coche.
ON BOARD
A partir de este punto ya conduje yo el Cherry tras el Kadett que marcaba el ritmo (ya sabeis, a 100 que gasta poco).
El puesto de conducción me resultó muy agradable, a parte de la sensación de ir alto, que me produce cualquier coche después de conducir mi Kadett, incluso el GSI me la produce. El volante es magnífico, y el tacto de la dirección muy agradable, y muy suave aún no siendo asistida, en momentos te hace pensar que lo es. No es nada pesada.
El tacto del cambio es seco y directo, no me desagrada. Y el de los pedales es correcto, aunque el acelerador algo duro, lo cual no es raro teniendo en cuenta que tiene que mover dos carburadores y cuatro cuerpos.
Los mando de la ventilación me parecieron maravillos. Cuatro velocidades de ventilador, recirculación interna, selector de salidas de aire (rostro, pies y luna) y el selector de temperatura, extremadamente preciso. Es un selector de desplazamiento lateral (como todos los demás) que va saltando puntos, y a cada punto se nota un claro cambio de temperatura, me pareció alucinante. Parecía un climatizador.
La respuesta del motor no era demasiado mala. Estaba claramente desajustado y fuera de punto, pero respondía más o menos bien. Antes de iniciar el viaje nos percatamos de que el pulmón de avance de encendido estaba desconectado. Y durante la conducción se acusa un exagerado picado de biela a poco que se le exiga al motor en ligeras pendientes, lo cual obliga a levantar el pié del acelerador o reducir marchas. Por lo demás, no tuvo problema en mantener la velocidad todo el trayecto, con un consumo más que correcto en torno a los 7 litros.
El único incidente que tuvimos que sufrir durante el viaje fué debido a un despiste nuestro, de los dos, y es que en lugar de tomar la A-31 en dirección a Albacete, continuamos alegremente por la A3 en dirección a Valencia. Tardé 50 kms en darme cuenta del error. Lo que nos supuso una hora de retraso, y 20€ de combustible que no me sobraban, pero en fin, los errores se pagan, y el Cherry demostró que le podía hacer los kilómetros que hiciesen falta, que él iba a responder.
Al caer la noche, fué gracioso pues tuve que dar las luces, y las dí detrás de mi Kadett, para poder comprobar si deslumbraban o no. Las largas estaban puestas, al quitarlas Turbo 21 me hacía gestos negativos a través del cristal. Dí las largas y me hacía saber que "OK". Las quitaba y otra vez me decía "NO", las ponía y otra vez "OK". Pues vale... algo raro han hecho aquí... eso explicará los numerosos cables colgando por debajo del salpicadero y los empalmes que se ven.
Y sin mayores problemas, llegamos a casa de Turbo 21 pasadas la 11 de la noche, con ganas de dormir y que llegase el dia siguiente para menterle mano al Cherry...
Al día siguiente abrí los ojos sobre las ocho de la mañana y solo una palabra se repetía en mi mente una y otra vez: "¡Cherry! ¡Cherry! ¡Cherry!"
La mañana empezó con la visita de un buen amigo, con el cual estuvimos curioseando el coche y sus secretos.
A más de uno os habrá llamado la atención el cubo de plástico que había encajado en el vano motor entre la "barra de torretas" y el salpicadero. Tenía el tamaño exacto del hueco y contenía algunas botellas vacías, el bote de Titanlux blanco que habían utilizado para los retoques exteriores y una garrafa de dos litros de aceite que me vinieron muy bien.
En el maletero habían bastante más cosas:
La bicicleta de alambre que sostiene nuestro amigo estaba colgada con una ventosa de la luna trasera. Era muy molesta pues estaba justo en el centro de la visión por el retrovisior. Entre otras cosas, habían un par de bolsas llenas de objetos dispares:
Algunas de ellas, seguramente pertenecientes a la primera propietaria. Había unas fotos de unos niños, y nos consta de que el último propietario no tenía descendencia.
El hombre me dejó además una caja de herramientas completísima. Llena de llaves muy antiguas, la gran mayoría "La Palmera".
También habían bujías, muchas bujías por todo el coche:
Y tan solo 4 eran las Golden Lodge 25HL que debería de llevar este coche. Tres de las cuatro fundidas, la otra todavía utilizable. Y esta cantidad ingente de bujías se explica un poco en el siguiente documento:
Parece que cada año les daba por cambiarle las bujías. Y como no dejaba de ir mal, al año siguiente las volvían a cambiar, después de poco más de 1000 kms. Entre el año 1996 y 2015 este coche apenas ha recorrido 10.000kms. El filtro de gasolina también lo cambiaban anualmente, mientras que el de aceite cambio si cambio no... no hay quien los entienda.
Y debajo de todo eso, nos aguardaba una sorpresa:
La rueda de repuesto conserva una tapa de buje original, con la cual Turbo 21 no tendrá problema en realizar réplicas para las cuatro ruedas.
Además, en la guantera todavía había otra sorpresa más:
Quien sabe si no será el último manual de este modelo en castellano. Pues si bien es probable que quede algún Cherry más, ya no lo es tanto que conserve el manual. Gracias a él, pude percatarme de que algunas de las herramientas que habían en la caja eran las originales del vehículo, por lo que tengo el kit completo original que consta de llave de ruedas, destornillador reversible, llave de bujías y la palanca de la misma. También ahí constaba que el coche en origen llevaba dos llaves. Una para el contacto y otra para las puertas y el depósito, tal y como es ahora mismo.
Una vez investigado todo el habitáculo, y antes de proceder con la limpieza, me dediqué a echar un vistazo al estado del motor. El nivel de aceite era correcto, apenas había consumido un poco. Y teniendo en cuenta la edad de ese aceite y el trayecto de 500 kilómetros que había recorrido, me esperaba un consumo mayor. El nivel de anticongelante (por suerte) estaba donde lo dejamos. Y procedí a comprobar las bujías. Eran Champion... no se ni como pude plantearme que pudiesen ser Golden Lodge...
También eché un vistazo al distribuidor y tanto la tapa de este como el dedo necesitan ser sustituidos. Además de los cables de bujías originales, uno de ellos ya había sido cambiado por uno genérico de silicona, y otro de ellos estaba mal puesto y roto. Tan mal puesto que había entrado agua en la cavidad de la tapa del distribuidor y estaba todo el cobre oxidado y azul. Todavía no me explico como podía saltar una chispa por ahí. Limpié todo lo bien que pude la tapa y pusimos un cable en buen estado, y apenas se pudo percibir mejoría. También me puse a trastear los platinos, por gusto, me hacía gracia. Ya total, como el coche estaba fuera de punto, tampoco podía empeorar mucho la situación. Ahora ya se como van y se ajustan los platinos, solo que no tengo juego de galgas, ni estroboscópica de momento, asique el coche se quedó si cabe un poco peor. Se acusó especialmente en el viaje desde casa de Turbo 21 a mi garaje, donde el consumo se disparó sobre los 9 litros. Pero bueno, lo dicho, no es nada grave, ya que igual hay que cambiar muchas cosas y poner todo a punto.
Otra cosa que no funciona es el starter. El coche arranca igualmente sin él, pero te obliga a tenerlo acelerado unos minutos hasta coger algo de temperatura, o de lo contrario se cala. Por lo que he estado viendo, del tiempo en desuso mucha suciedad parece haber sido la causante del agarrotamiento del sistema. Habría que limpiar todo bien para recuperarlo. Tal vez más adelante me atreva y desmonte y limpie su pareja de Dellorto.
La otra mitad del día la dedicó Turbo 21 a acicalar al invitado tanto por fuera como por dentro del vano.
También le hicimos un purgado rápido de los frenos antes de que cayera la noche. Con esto, aún habiéndolo hecho mal y rápido logramos recuperar algo de tacto en el circuito y permitir frenar casi con normalidad.
Además de que antes de llevarlo a mi garaje le hice un cambio de aceite. Aunque lo ideal habría sido hacerlo antes de salir de Madrid, la situación no era propicia. Y para acabar el relato de esta compra, el Cherry por fin en mi garaje:
Ya solo queda saldar mis deudas, ahorrar y poner el coche a punto para llevarlo a la Itv y poder darlo de alta, y de este modo transferirlo para poder disfrutarlo. Esta puesta a punto constará de una renovación completa del sistema de encendido, cambio de líquidos y una buena revisión de los frenos. No creo que necesite mucho más para pasar la Itv.
Cualquier avance por supuesto lo iré subiendo por aquí y ya sabeis, ¡seguimos a la caza de Cherrys! (Que Turbo 21 también quiere uno)
Como bien sabeis, y como ya quedó constancia en este mismo hilo. Este verano nos acercamos a Madrid a buscar al propietario de la única unidad actualmente localizada en circulación de Nissan Cherry Europe GTI en nuestro país.
La primera parte del viaje fué una parada en Desguaces La Torre para desguazar una unidad en muy mal estado que allí había, y seguidamente nos adentramos en el corazón de la capital en busca de esta unidad blanca.
El coche se encontraba exactamente en la misma posición que estaba en la fotografía que le habían pasado al compañero viejesglories. Y el dueño residía en la dirección que figuraba en el informe de tráfico, a unas manzanas del coche.
Pudimos tener una breve conversación con él a través del interfono de su edificio. Nos hizo saber que en esos momentos no tenía intención de deshacerse del coche, pero que tal vez lo haría el año que viene. No llegamos a intercambiar ningún modo de contacto, pero yo ya sabía con seguridad su dirección exacta.
Fueron pasando los meses y @turbo 21 me insistía sobre este coche. Él nunca perdió la esperanza aunque a mi me sonaba a la típica historia que todos conocemos y que acaba con el coche en el desguace. Y parece que no fué así por poco.
Como decía fueron pasando los meses, y llegué a la conclusión, dado que era una persona de avanzada edad, que la forma más correcta de dirigirme a él era enviándole una cordial carta a su casa. Y así decidí, que el momento idóneo era enviarla por Navidad, y de ese modo aprovechar para felicitarle las fiestas. Habría pasado el tiempo suficiente para no sentirse "acosado" pero no demasiado como para que olvidase el tema. Y así lo hice, pero fué pasando el tiempo y no obtuve respuesta.
El coche ya lo imaginaba en el desguace, y si no fuera por que el forero @Camaro-1967 afirmaba que continuaba en el mismo lugar habría estado seguro de ello. Pero en mitad de mi viaje por Europa con el forero @Raf616, mientras circulaba por una autobahn alemana sonó mi teléfono. Yo estaba convencido de que en esos momentos la llamada sería de un amigo al que íbamos a visitar y de cuya casa estábamos a pocas horas de distancia. Pensando erróneamente que era él, sin mirar siquiera el teléfono descolgué y se lo pasé al copiloto. "Dile que en dos horas llegamos" Se lo dice, y que no se que, que no se cuantos, que no es él, que es un tipo de no se que... empezé a escuchar palabras sueltas... "carta"... "Madrid"... "tarjeta". Y ahí hilé los cabos. El hombre del Cherry de Madrid que tiene mi teléfono porqué adjunté mi tarjeta a la carta que le envié... MIERDA. No podía ser más inoportuno. El copiloto como pudo le explicó la situación y que le llamaría a la semana siguiente, cuando estuviese de regreso en España.
Al llegar a casa de mi amigo en Alemania esa misma noche, me apresuré a compartir con Turbo 21 el suceso y a pasarle el número de teléfono para que él pudiese hablar con el hombre y poner algo de seriedad en el asunto, que había empezado con el pié izquierdo.
De momento la cosa fué bien, Turbo 21 habló con el señor, el cual le expresó sus intenciones de deshacerse del coche, los motivos personales que le movían a ello, etc. Regresé a España, y aún sin haber acabado mis vacaciones llamé al hombre. Acordamos un precio (algo por encima de lo que suelo pagar por los coches, pero para el común de los mortales un chollo) y que pasaría a recogerlo a la siguiente semana, cuando hubiese vuelto del viaje.
Regresé a casa por fín, acordé con Turbo 21 que iríamos a recogerlo el miércoles de esa semana, lo antes posible pero con un par de dias por enmedio para poder yo descansar. Llevaba conducidos desde el dia 27 que salí de mi casa cerca de 8000kms. Y así se lo hice saber al hombre.
El día C (de Cherry)
Salí pronto por la mañana para casa de Turbo 21 con mi fiel Kadett que tantos kilómetros lleva ya encima. Hoy le tocaban otros 1000kms más, puesto que el Octavia que Turbo 21 acostumbra a tomar prestado para estos menesteres (por consumo básicamente) no estaba disponible.
Teníamos previsto llegar a Puerta del Sol sobre las 12 del medio día, y aún haciendo unos recados de por medio, y circulando a 100 km/h para ahorrar gasolina ya que andaba justísimo fuimos puntuales. Allí nos esperaba @montoro17 que tan bien nos acoge siempre que vamos por Madrid.
Dejamos el Kadett en el parking y echamos a andar hacia Moncloa. Al llegar comprobamos que el Cherry seguía en su lugar. Estaba igual que este verano, pero con un antinieblas roto. Más tarde entenderíamos que poco es lo que tiene el coche para lo mal que aparcan en Madrid.
Y fuimos a casa del propietario.
La verdad es que tenía mucha curiosidad por conocer a este hombre. Por teléfono parecía una persona muy lúcidad a pesar de su edad. Debería ser una persona muy interesante. Lo primero es que se sorprendió, porque nos esperaba el día anterior. Yo le llamé el lunes para confirmarle que iríamos el miércoles a por el coche, pero debió entender mal. No hubo mayor problema no obstante. La casa muy agradable, llena de trastos viejos interesantes, muy limpia y curiosa. El hombre no dió apenas conversación, fuimos directamente a rellenar el contrato de compra-venta que me pidió que llevase, se le pagó, y bajamos a ver el coche.
Tanto Turbo 21 como yo en este aspecto nos fuimos algo decepcionados. El hombre parecía querer hablar, y nosotros estábamos deseosos de escuchar historias del coche, pero se le veía cohibido y apenas dijo nada.
Le preguntamos un poco como compró el coche, cuando, etc. Comentó que se lo compró a una mujer que había enviudado (su primera propietaria) y que no quiso seguir conduciendo tras la falta de su marido. El hombre insistia en que compró el coche hacía 11 años, pero en el permiso de circulación consta que fué adquirido por él en 1993. El uso del coche se limitó a viajes entre Madrid y los destino vacacionales que frecuentaba con su mujer en el Norte de España. Más adelante vereis algunos documentos que atestiguan el poco uso que se le dió al coche.
Un momento baste curioso fué, cuando tras quitar el antirrobo artesanal que llevaba el coche y que consistía en una cadena que sujetaba el volante a la palanca de cambios, el hombre arrancó el coche. Este arrancó enseguida, a la primera y sin dificultad. Y mientras decía "A este coche lo he querido como a un hijo, siempre lo he cuidado mucho" lo aceleraba en frio por encima de las 4000 rpm y yo por dentro me decía "nunca más, nunca más".
(Observese que no conserva el reloj de cuarzo original, ha sido sustituido por otro más moderno)
Tras monstrarnos algunos detalles del coche, nos presentó al que ha sido el mecánico del coche estos últimos años, el que lo ha vigilado y cuidado de pasarle las Itv.
Ya finalmente nos despedimos del propietario, al cual como es comprensible le costó desprenderse de su coche, tras tantos años y tantos recuerdos (que no quiso compartir).
Y nos quedamos haciéndole una revisión visual. Así a simple vista necesitaba inchar los neumáticos pues concretamente uno estaba bastante desinflado, y me dediqué a limpiare los cristales para que no fuese tan llamativo su estado de deshuso. Los niveles eran más o menos correctos. Un poco bajos tanto el aceite como el refrigerante pero nada grave. Rellenamos un poco antes de volver a arrancar.
Mientras estábamos con el coche en la calle, con el capó abierto, limpiando los cristales y demás. El caballero que estaba aparcado detrás nuestra, nos pidió amablemente si lo podíamos echar un poco para adelante, para así poder sacar su coche con mayor comodidad y evitar tocar el nuestro. Accedimos cortesmente. Para que poco después, la cara opuesta de la moneda, llegase una especie de cerdo con muñones y un puro en la boca conduciendo un Volvo mugriento y procediese a aparcar en el hueco libre golpeando impunemente tanto mi coche como el de detrás. Eso nos hizo entender el antinieblas roto y los numeros golpes que lleva el coche por todo su contorno.
Ya todo listo (o casi) arrancamos para dar la vuelta a la manzana y aparcar frente al taller del barrio, para que nos inflaran los neumáticos y nos pusiera al dia sobre el mantenimiento del coche. Antes de irme, ya total, de perdidos al rio, golpeé varias veces el paragolpes delantero del Volvo, y lamentablemente con la emoción olvidé desincharle una rueda como tenía pensado.
Durante la condución, lo primero que noté fué la completa y total ausencia de frenos. Digamos que el circuito debía ser 90% aire y 10% líquido, a pesar de que antes de salir el nivel me pareció correcto.
Ya en el taller estuvimos charlando con el mecánico, que nos atendió muy amablemente y nos facilitó todo lo que necesitábamos, incluyendo líquido de frenos para rellenar el nivel que había bajado.
Nos comentó que los últimos cinco años el coche había estado parado en esa calle, y el dueño no lo había cogido. Únicamente lo había conducido él para llevarlo a la Itv, las cuales había estado pasando anualmente hasta que en 2013, no le permitieron hacerlo, ya que les constaba la baja administrativa del vehículo, precisamente por no haber pasado la Itv. Y así nos consta en los antecedentes del coche que pedimos en tráfico, que fué dado de baja por este motivo en 2010... pero la realidad es que estuvo pasando Itv's hasta 2012 inclusive. El mecánico lo achaca a un error administrativo. Sea como sea, me tocará pagar la tasa cercana a 100€ para rehabilitar el coche.
También me dijo que le había hecho la distribución al coche hará esos cinco años más o menos, y así lo atestigua la correa vieja que hay en el maletero. Y que había estado buscando la ventanilla delantera derecha, que no lo he comentado todavía, pero vimos que la habían puesto de metacrilato. La había encontrado en La Torre pero el dueño no se decidió a cambiarla y ahí quedó la cosa, pues no tenía muy claro que iba a hacer con el coche. Nos confesó que el dueño le insinuó a principios de año que pretendía mandar el coche al desguace, pero poco después leyó mi carta y decidió vendérmelo.
Antes de irnos se me ocurrió preguntarle si conocía el número de unidades restantes de este modelo, y nos sorprendió respondiendo muy seguro "Que yo sepa cuatro, dos en Barcelona, una en Santander y esta". Muy curioso, no sabemos muy bien como, pero obtuvo esa información mientras buscaba piezas en el pasado. Pero si bien es cierto ya sabemos que de unos años para acá han desaparecido la mayoría de unidades, y que hace cinco años sí que quedaban todavía unos cuantos circulando por nuestras carreteras.
Tras despedirnos conduje muy tranquilamente hasta Puerta del Sol, donde nos esperaba montoro17 para ir a comer.
Comimos unos bocadillos muy baratos por la zona y estuvimos un rato charlando. Comprobamos que el nivel del líquido de frenos había vuelto a bajar, pero que no había ninguna fuga visible del mismo. Lamentablemente de lo poco que no había traido en mi Kadett había sido líquido de frenos, no había pensado en la posibilidad (bastante probable a decir verdad) de que hubiese una fuga del mismo. Pero no hubo problema, montoro rápidamente echó mano de contactos como otras veces ha hecho, y en poco tiempo otro compañero, si no me equivoco forero también, nos trajo media botellita de líquido con la que pudimos rellenar e incluso nos dió para purgar al día siguiente.
¡Muchas gracias!
Con muy buen sabor de boca nos fuimos rumbo a casa. Muy fácil la ruta, Puerta del Sol, Puerta de Alcalá, Calle O'Donell y A3 dirección Valencia.
En ese tramo llegamos a la conclusión de que lo ideal dado mi buen sentido de la horientación frente al nefasto de Turbo 21, era que yo fuese delante, y debido a la falta de frenos del Cherry, yo cogí el Kadett, para poder ir marcando un ritmo tranquilo y sin sobresaltos entre el alocado tráfico madrileño, y así Turbo 21 con el Cherry tras de mí, no tendría que sufrir por frenadas inoportunas e imposibles.
Salimos de la capital sin ningún sobresalto ni percance, y paramos en la primera estación de servicio que vimos al salir. Casualmente, tras haber tomado la salida me dí cuenta de que fué la misma donde paramos este mismo verano, a la vuelta de Madrid tras ver el Cherry que hoy nos acompañaba. Se comprobaron los niveles, se repostaron pobremente los coches (equivalente a la pobreza actual del dueño) y aprovechamos para tomar algunas fotografías.
Ocurrió una anécdota graciosa mientras conducía Turbo 21, y es que puso la ventilación al máximo pero el ventilador no reaccionaba, así que dejó el selector en la máxima velocidad mientras circulaba por la autovía. Al salir de esta, el motor se activó y lanzó una nube de polvo y suciedad contra su cara jajajaj Empezó con buena pata con el coche.
ON BOARD
A partir de este punto ya conduje yo el Cherry tras el Kadett que marcaba el ritmo (ya sabeis, a 100 que gasta poco).
El puesto de conducción me resultó muy agradable, a parte de la sensación de ir alto, que me produce cualquier coche después de conducir mi Kadett, incluso el GSI me la produce. El volante es magnífico, y el tacto de la dirección muy agradable, y muy suave aún no siendo asistida, en momentos te hace pensar que lo es. No es nada pesada.
El tacto del cambio es seco y directo, no me desagrada. Y el de los pedales es correcto, aunque el acelerador algo duro, lo cual no es raro teniendo en cuenta que tiene que mover dos carburadores y cuatro cuerpos.
Los mando de la ventilación me parecieron maravillos. Cuatro velocidades de ventilador, recirculación interna, selector de salidas de aire (rostro, pies y luna) y el selector de temperatura, extremadamente preciso. Es un selector de desplazamiento lateral (como todos los demás) que va saltando puntos, y a cada punto se nota un claro cambio de temperatura, me pareció alucinante. Parecía un climatizador.
La respuesta del motor no era demasiado mala. Estaba claramente desajustado y fuera de punto, pero respondía más o menos bien. Antes de iniciar el viaje nos percatamos de que el pulmón de avance de encendido estaba desconectado. Y durante la conducción se acusa un exagerado picado de biela a poco que se le exiga al motor en ligeras pendientes, lo cual obliga a levantar el pié del acelerador o reducir marchas. Por lo demás, no tuvo problema en mantener la velocidad todo el trayecto, con un consumo más que correcto en torno a los 7 litros.
El único incidente que tuvimos que sufrir durante el viaje fué debido a un despiste nuestro, de los dos, y es que en lugar de tomar la A-31 en dirección a Albacete, continuamos alegremente por la A3 en dirección a Valencia. Tardé 50 kms en darme cuenta del error. Lo que nos supuso una hora de retraso, y 20€ de combustible que no me sobraban, pero en fin, los errores se pagan, y el Cherry demostró que le podía hacer los kilómetros que hiciesen falta, que él iba a responder.
Al caer la noche, fué gracioso pues tuve que dar las luces, y las dí detrás de mi Kadett, para poder comprobar si deslumbraban o no. Las largas estaban puestas, al quitarlas Turbo 21 me hacía gestos negativos a través del cristal. Dí las largas y me hacía saber que "OK". Las quitaba y otra vez me decía "NO", las ponía y otra vez "OK". Pues vale... algo raro han hecho aquí... eso explicará los numerosos cables colgando por debajo del salpicadero y los empalmes que se ven.
Y sin mayores problemas, llegamos a casa de Turbo 21 pasadas la 11 de la noche, con ganas de dormir y que llegase el dia siguiente para menterle mano al Cherry...
Al día siguiente abrí los ojos sobre las ocho de la mañana y solo una palabra se repetía en mi mente una y otra vez: "¡Cherry! ¡Cherry! ¡Cherry!"
La mañana empezó con la visita de un buen amigo, con el cual estuvimos curioseando el coche y sus secretos.
A más de uno os habrá llamado la atención el cubo de plástico que había encajado en el vano motor entre la "barra de torretas" y el salpicadero. Tenía el tamaño exacto del hueco y contenía algunas botellas vacías, el bote de Titanlux blanco que habían utilizado para los retoques exteriores y una garrafa de dos litros de aceite que me vinieron muy bien.
En el maletero habían bastante más cosas:
La bicicleta de alambre que sostiene nuestro amigo estaba colgada con una ventosa de la luna trasera. Era muy molesta pues estaba justo en el centro de la visión por el retrovisior. Entre otras cosas, habían un par de bolsas llenas de objetos dispares:
Algunas de ellas, seguramente pertenecientes a la primera propietaria. Había unas fotos de unos niños, y nos consta de que el último propietario no tenía descendencia.
El hombre me dejó además una caja de herramientas completísima. Llena de llaves muy antiguas, la gran mayoría "La Palmera".
También habían bujías, muchas bujías por todo el coche:
Y tan solo 4 eran las Golden Lodge 25HL que debería de llevar este coche. Tres de las cuatro fundidas, la otra todavía utilizable. Y esta cantidad ingente de bujías se explica un poco en el siguiente documento:
Parece que cada año les daba por cambiarle las bujías. Y como no dejaba de ir mal, al año siguiente las volvían a cambiar, después de poco más de 1000 kms. Entre el año 1996 y 2015 este coche apenas ha recorrido 10.000kms. El filtro de gasolina también lo cambiaban anualmente, mientras que el de aceite cambio si cambio no... no hay quien los entienda.
Y debajo de todo eso, nos aguardaba una sorpresa:
La rueda de repuesto conserva una tapa de buje original, con la cual Turbo 21 no tendrá problema en realizar réplicas para las cuatro ruedas.
Además, en la guantera todavía había otra sorpresa más:
Quien sabe si no será el último manual de este modelo en castellano. Pues si bien es probable que quede algún Cherry más, ya no lo es tanto que conserve el manual. Gracias a él, pude percatarme de que algunas de las herramientas que habían en la caja eran las originales del vehículo, por lo que tengo el kit completo original que consta de llave de ruedas, destornillador reversible, llave de bujías y la palanca de la misma. También ahí constaba que el coche en origen llevaba dos llaves. Una para el contacto y otra para las puertas y el depósito, tal y como es ahora mismo.
Una vez investigado todo el habitáculo, y antes de proceder con la limpieza, me dediqué a echar un vistazo al estado del motor. El nivel de aceite era correcto, apenas había consumido un poco. Y teniendo en cuenta la edad de ese aceite y el trayecto de 500 kilómetros que había recorrido, me esperaba un consumo mayor. El nivel de anticongelante (por suerte) estaba donde lo dejamos. Y procedí a comprobar las bujías. Eran Champion... no se ni como pude plantearme que pudiesen ser Golden Lodge...
También eché un vistazo al distribuidor y tanto la tapa de este como el dedo necesitan ser sustituidos. Además de los cables de bujías originales, uno de ellos ya había sido cambiado por uno genérico de silicona, y otro de ellos estaba mal puesto y roto. Tan mal puesto que había entrado agua en la cavidad de la tapa del distribuidor y estaba todo el cobre oxidado y azul. Todavía no me explico como podía saltar una chispa por ahí. Limpié todo lo bien que pude la tapa y pusimos un cable en buen estado, y apenas se pudo percibir mejoría. También me puse a trastear los platinos, por gusto, me hacía gracia. Ya total, como el coche estaba fuera de punto, tampoco podía empeorar mucho la situación. Ahora ya se como van y se ajustan los platinos, solo que no tengo juego de galgas, ni estroboscópica de momento, asique el coche se quedó si cabe un poco peor. Se acusó especialmente en el viaje desde casa de Turbo 21 a mi garaje, donde el consumo se disparó sobre los 9 litros. Pero bueno, lo dicho, no es nada grave, ya que igual hay que cambiar muchas cosas y poner todo a punto.
Otra cosa que no funciona es el starter. El coche arranca igualmente sin él, pero te obliga a tenerlo acelerado unos minutos hasta coger algo de temperatura, o de lo contrario se cala. Por lo que he estado viendo, del tiempo en desuso mucha suciedad parece haber sido la causante del agarrotamiento del sistema. Habría que limpiar todo bien para recuperarlo. Tal vez más adelante me atreva y desmonte y limpie su pareja de Dellorto.
La otra mitad del día la dedicó Turbo 21 a acicalar al invitado tanto por fuera como por dentro del vano.
También le hicimos un purgado rápido de los frenos antes de que cayera la noche. Con esto, aún habiéndolo hecho mal y rápido logramos recuperar algo de tacto en el circuito y permitir frenar casi con normalidad.
Además de que antes de llevarlo a mi garaje le hice un cambio de aceite. Aunque lo ideal habría sido hacerlo antes de salir de Madrid, la situación no era propicia. Y para acabar el relato de esta compra, el Cherry por fin en mi garaje:
Ya solo queda saldar mis deudas, ahorrar y poner el coche a punto para llevarlo a la Itv y poder darlo de alta, y de este modo transferirlo para poder disfrutarlo. Esta puesta a punto constará de una renovación completa del sistema de encendido, cambio de líquidos y una buena revisión de los frenos. No creo que necesite mucho más para pasar la Itv.
Cualquier avance por supuesto lo iré subiendo por aquí y ya sabeis, ¡seguimos a la caza de Cherrys! (Que Turbo 21 también quiere uno)
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