Un viaje al universo neoquinqui
‘El Cristo’, reputado delincuente juvenil, tiene una deuda con uno de los narcotraficantes más poderosos de su barrio. Bajo los efectos del consumo de sustancias estupefacientes e inmerso en un estado de desesperación, lleva a cabo todo tipo de actos delictivos para conseguir el dinero. Poco a poco, irá cometiendo errores que le harán ganarse muchos enemigos. Paralelamente, muestra las aventuras y desventuras de tres chavales que están comenzando su carrera delictiva. Juntos sufrirán las consecuencias de su estilo de vida y comprenderán cuál es el precio a pagar.
Criando Ratas es un largometraje que se adentra de lleno y sin tapujos en el submundo de la delincuencia en las barriadas.
5.000 euros, cuatro técnicos, dos años hacerlo posible, más de cien actores de los suburbios, mil obstáculos, una misión imposible.
El escritor, director y compositor de Criando Ratas, Carlos Salado, se adentró en las calles en busca de personas que hubieran vivido el mundo del tráfico, la droga y la cárcel de cerca, ayudándoles a formarse con entusiasmo en el oficio de la interpretación.
Carlos Salado, obsesionado por retratar el mundo de la delincuencia de manera realista, se desliga de métodos convencionales de grabación, se aleja de las normas industriales, no utiliza actores profesionales y abandona la narración clásica, consiguiendo un estilo cinematográfico alternativo y transgresor.
Hacer este proyecto realidad ha sido un sacrificio constante, donde se ha nadado a contracorriente y se han superado todo tipo de inconvenientes diarios. La paralización del rodaje por escasez de medios, los cacheos policiales diarios o la desaparición súbita de actores principales, son algunos de ellos.
Sólo hay una cosa por la que se ha luchado contra viento y marea, un afán que lo puede todo: la pasión por el arte.
