Calificación:
  • 0 voto(s) - 0 Media
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
Lancia Stratos 1975
#1
Car&Driver de 1975


Por 17 mil $ puedes tener un bonito y excitante juguete.

Eso es, donde todos van a estar en Europa. Los Panteras usados será una moneda de diez centavos en comparación, pero habrá una línea de coches exóticos fuera del salón de exposición de Lancia, porque el Stratos es la siguiente máquina de sensación y los grandes voladores que se deshicieron de su Miura por un Pantera han descubierto el siguiente paso.

El Stratos es un coche conjurado por las fantasías propuestas de estilo presentadas en 1971. Un coche de competición. Desarrollado y perfeccionado para ganar el Campeonato del mundo de Rally (WRC) que lo acaba de hacer. De todos los coches feroces de memoria reciente, el Stratos es el que tiene el motor más pequeño y quizás el que tiene la cabina más pequeña y fácilmente es el más ligero (2400libras, 1090kg). Lo que lo convierte en uno de los matones más mezquinos que ha dominado una sala de exposiciones.

En su forma civilizada, el Stratos es hosco, un animal musculoso con una personalidad desgarradora y cruel. La carrocería con unas líneas brutales, las cuales apenas cubren las ruedas, la mecánica, y las personas que van dentro. Es un coche de competición domado muy ligeramente para su uso por la calle. Es necesario decir que nunca vendrá al continente Norteamericano como coche de carretera (a menos que se otorgue la solicitud de excepciones a las normas federales basadas en la producción limitada del automóvil).

Se vende en Europa en números suficientes (660 producidos en 1974, 540 programados para 1975) para justificar la homologación grupo 4 GT. Algunos incluso pueden intentar competir contra el venerable Porsche 911 Carrera. La mezcla de Fiat/Lancia/Ferrari reemplaza el antiguo Dino 246.

[Imagen: mini-_Stratos_2_Page_1.jpg]

Una vez te subes al Stratos, el motor Ferrari Dino posicionado virtualmente en tu espalda es una aguda y embriagadora experiencia que asalta cada percepción sensorial que puedas tener. Es como estar en un bunker con una ametralladora pesada. El parabrisas inclinado se envuelve a tu alrededor como una pantalla de un casco integral. Mirando hacia delante el morro del coche es invisible, lo único que puedes llegar a ver son los dos bultos que hacen de guarda ruedas. La línea base del parabrisas se va elevando a medida que vas hacia atrás, en la zona de las ventanillas laterales dando una imagen de curvas afiladas y termina en una luna trasera enmarcada en láminas horizontales en negro.

El habitáculo es simple y sin adornos; en negro, paneles de puerta en fibra de vidrio, un panel de instrumentos de aluminio envuelto en piel sintética. El pequeño volante tapizado en imitación de cuero está pintado en negro anodizado, la palanca de cambio que se encuentra justo al lado de su muslo está coronada por un gran pomo que se ajusta perfectamente a la palma de la mano. Te sientas con cinturón en un duro asiento anatómico de tamaño junior que está cubierto con poco más de 2 centímetros de relleno , tapizado en más cuero de imitación y atornillado directamente al suelo del coche. Desde el volante hasta los pedales, hasta los contornos duros del asiento, obtienes la sensación de la dimensión de tu entorno a través de las raíces de tu cabello. Es un lugar pequeño. No hay forma de evitar codearse con un eventual pasajero; los asientos están separados solo por el túnel que conduce dos conductos de agua que comunican el radiador con el motor. Sin interfonos de rally las conversaciones son inconfortables. Hay mucho ruido y una intensa necesidad de concentrarse. Los indecisos se desanimarían solo por esto. Porque fuera del habitáculo este coche está vestido para luchar.

El arranque gime metálicamente, y cuando el motor comienza a ronronear, el coche empieza a temblar y vibrar. El estrecho habitáculo se llena con el zumbido de las cadenas de distribución, el clic agudo de los taquets, un silbido silenciado procedente de la transmisión, y un ocasional Pfst…pfst de los tres carburadores dobles como un cilindro u otro se niega a digerir su mezcla y la escupe suavemente contra la mariposa cerrada. Escuchas el sonido de los pulsos de escape a pocos centímetros detrás del asiento. El mismo sonido que el Coventry Climax Grand Prix (coche de competición de 1960) al ralentí.

[Imagen: mini-_Stratos_2_Page_2.jpg]

Revoluciona el motor y los ruidos individuales se difuminan en un bajo gruñido con matices penetrantes. El embrague y el freno son duros. Metes la primera marcha y vas soltando el embrague contra unos altos 1200rpm de ralentí. Y como si fuera magia, el coche se mueve suavemente por la carretera.

El 2.5 litros de 190cv, ya es conocido en los modelos de Fiat. Nacido como Ferrari y vendido como Fiat, para mover el Fiat Dino Coupe y Spider, el motor ha sido completamente rediseñado y reconstruido por Fiat. El bloque de aluminio ha sido descartado a favor de un rígido y estable bloque de fundición. Los colectores, válvulas, distriución, pistones, carburadores y el sistema de refrigeración, han sido revisados. El encendido electrónico añadido. El nombre “Dino” permanece en las tapas de válvulas, pero el motor es Fiat.

Pise el pedal y la cinta transportadora de asfalto que está frente al Stratos comienza a pasar por debajo del borde inferior del parabrisas con una velocidad cada vez mayor. El motor es suave y dócil hasta que llega a 3000rpm; entonces todo empieza a suceder a la vez. la aguja del tacómetro golpea fuertemente para esconderse detrás del volante. Si trabajas el acelerador, el embrague y la palanca de cambios – todos ellos peleando tus ordenes con testarudez- la sincronización imprecisa de la transmisión arroja tu cadena de eventos fuera de lugar. Décimas de segundo son amplificadas a décadas mientras buscas la segunda marcha. La encuentras y vuelves a hundir el pedal y el coche resurge de nuevo. Notas como trabaja el diferencial autoblocante guiñándote de izquierda a derecha. El cuenta kilómetros se eleva y el motor de pide otro cambio de marcha. Gratamente la tercera entra fácil. El coche salta hacia delante otra vez, pero ahora es un instante más comprensible lo que sucede.

[Imagen: mini-_Stratos_2_Page_3_-_copia.jpg]

Ahora es turno de la cuarta velocidad, simple y suave. El coche vuelve a empujar de nuevo y utilizas medio segundo para mirar el tacómetro marcando en alguna parte entre 6000-7000rpm y por otro lado dice 110mph (177km/h). Ahora la palanca de cambio sin otro lugar para ir, se mete en la quinta, sueltas el embrague mientras pisas el pedal de avanzar, el coche surge de nuevo, solo que esta vez la dirección se entumece mientras buscas en el mecanismo algún tipo de respuesta tranquilizadora, un destello de sudor pega las palmas de tus manos a la piel sintética del volante.

Te estás moviendo a más de 130mph (210km/h) te fuerzas para mantener la orientación. Cada superficie a tu alrededor del habitáculo, incluso el aire que entra en la cabina, es agitado por una salvaje resonancia. La vibración nubla tu vista. ¿Hacia donde va el coche? El camino se ha convertido repentinamente en un embudo. Unos segundos después el coche llega a su velocidad máxima, 232km/h. Sueltas el pedal del acelerador y el ruido cesa, la velocidad se vuelve lenta a 130km/h. Ponlo a siete mil en cuarta, cambia a quinta, vuelva sentir lo que acabas de sentir hace unos segundos y pruebe la amargura en la parte posterior de su lengua. Esto es el Lancia Stratos.

Entendiendo que no es un coche de drag. No es un gran tirachinas en el cuarto de milla. No, esto es algo completamente diferente. Primero porque tu estás luchando con las manos desnudas contra n animal salvaje, segundo, porque este nivel de prestaciones sigue en las curvas, día o noche, seco o mojado, en cualquier carretera. El Stratos se siente agresivo, con una personalidad de látigo, hay que tener cuidado, aunque el coche tome las curvas con facilidad el control nunca es una experiencia fácil para su conductor.

El Stratos no perdona nada. Tienes que unir tu ingenio y habilidad con las leyes de la física. Es un vehículo con mucha potencia, muy poco peso y una batalla muy corta para lo que viene siendo habitual. El coche hace exactamente lo que le pides, inmediatamente, y si tu pides algo mal… estás vendido, cariño. El Stratos enseña los colmillos a unas manos indiferentes o incompetentes. Y para luchar para tener las cosas otra vez bajo control, será mejor que tengas la respuesta correcta, porque las segundas oportunidades son escasas.

[Imagen: mini-_Stratos_2_Page_3.jpg][Imagen: mini-_Stratos_2_Page_4_-_copia.jpg]

Si te metes en una curva a 80 mph un poco demasiado caliente, solo afloja el acelerador, pero no lo sueltes y ya veremos que pasa, no, tampoco pises el freno. El coche mueve su morro más de la cuenta hacia el interior de la curva; piensas que vas mal, pero el instinto de autopreservación te dice que guardes lo que tienes. Empuja el acelerador hacia adelante aproximadamente la mitad de su carrera y la nariz se mueve hacia donde estaba. Has quemado aproximadamente un metro del ancho de la carretera. Una cadena de eventos que pasa en un abrir y cerrar de ojos. La próxima vez tendrás más cuidado, o no.

Duro, intransigente; te haces al coche o el coche te lo hace. Sin piedad, humor o excusas. Ponga los 17,000 $ en la mesa y vea si puede domarlo. ¿Dices que no conduzcas rápido? Bueno; compra un Stratos por su apariencia. Condúcelo por Main Street a 2500rpm en tercera velocidad y polariza a la multitud. Primero ignore a los punks en sus Dusters Six Pack que cruzan al costado como tiburones. Luego siéntete en la corriente cuando no reciban tu respuesta. Observa a los espectadores que cambian su rostro de la ira a la envidia, tal vez incluso alguno al placer, mientras se proyectan en el asiento de al lado. Que diablos, un poco de envidia nunca lastima a los proles. Los mantiene en línea.

Entonces, ¿qué es el Stratos, realmente? un automóvil de 17 de los grandes, que va y se detiene y se ve y suena como el más salvaje que se haya fabricado. Más de 200 personas han reservado comprar uno para el próximo año, y habrá más el año siguiente. Y si no es un Stratos en 1976, será otra cosa. Porque la gente se quiere mucho a si misma para hacerse con un juguete de adultos como este.

[Imagen: mini-_Stratos_2_Page_4.jpg]
Responder
#2
Se agradece la prueba y la otra del espada, mítico el lancia stratos.... Mola
Responder
#3
ojalá siguieran costando eso, para mi el coche más bonito de rallies
Responder
#4
Me gustaria tener una máquina del tiempo solo para poder volver a 1975 y comprarlo nuevo Babeando
Responder


Salto de foro: